Frustración. Esa es la palabra que les llega a la mente a los voluntarios, empleados y funcionarios del Go Gogo Pediatric Institute, al no haber logrado aún el financiamiento para la apertura de la sala de emergencia de sus instalaciones en la calle Monterrey en el centro industrial Reparada de Ponce.

“Es sumamente frustrante porque si fuera un proyecto que no fuera viable, que no estuviese rindiendo frutos, que se tratara de que estuviésemos pidiendo dinero para un proyecto futuro, pero ya todo está hecho, solo hace falta abrir”, admitió el director ejecutivo de la fundación Ulises Clavel.

De hecho, la frustración ha sido tal que hasta una empleada manifestó su impotencia al exponer que no tener la sala abierta crea desasosiego al no poder ayudar a pacientes que lo necesitan.

“Hoy me siento impotente, frustrada, con rabia. Porque quiero que todos los niños puedan tener una mejor calidad de vida, y que su salud no sea vista como un negocio. Fue para mí desgarrador hoy bajar con una paciente tan pequeña, tan visiblemente afectada por sus quimioterapias”, relató la empleada Adamir García, a través de su cuenta de Facebook.

Esa frustración también ha calado en todo el grupo, que lamenta que la salud también sea vista como un negocio y no una oportunidad de servir.

“Hemos trabajado arduamente durante estos tres años para conseguir los permisos, poder terminar la construcción, comprar los equipos y habilitarlos, terminamos todas esas fases, pero entendíamos que teniendo ya un proyecto visible con todas las de la ley, íbamos a tener el apoyo de la comunidad financiera, la banca, aquí en el país, pero no ha sido así, estamos pasando una situación sumamente difícil”, recalcó Clavel.

“Es una situación difícil y penosa, porque tener un proyecto que nos ha costado más de medio millón de dólares levantarlo solo con actividades de Fund Raising, o sea actividades de recaudación, vendiendo pulseritas, vendiendo camisas, lo que alguna empresa privada pueda donar, algo de labor social, de labor comunitaria, y verlo detenido por no tener los fondos suficientes, es frustrante”, afirmó Clavel.

La fundación espera actualmente por la aprobación de una línea de crédito en una cooperativa, ante la imposibilidad de tener esa opción con una institución bancaria.

Y es que, en tiempos de crisis y falta de dinero en la banca comercial, se exige que sea una operación rentable para poder ofrecer los servicios financieros.

Eso tarda y mientras tanto, los pacientes esperan, impacientemente.