Luego de pasar una niñez difícil y una adolescencia precaria, Silverio Yoguez, está encaminado hacia una vida productiva y gratificante tras prepararse para ayudar a los demás en el campo de la salud. 

Yoguez, de 20 años, fue uno de los 129 estudiantes que se graduaron de la escuela alternativa CAPA, de los Centros Sister Isolina Ferré, durante una ceremonia en el Centro de Convenciones Tite Curet Alonso.

“Ha sido un proceso muy duro, he pasado por la cárcel tres veces por venta de marihuana y hasta una puñalada me dieron en la cárcel por las riñas de los bandos, pero mi meta es ser un profesional de la Medicina, sé que tampoco será fácil por mi récord pero voy a seguir adelante”, expresó el joven de casi seis pies de estatura.

Yoguez agradeció a su abuelo Nelson y su tía Julia por haber estado pendiente de él, incluso cuando estuvo encarcelado, ya que sus padres viven en Bridgeport, Connecticut.

“Sin el respaldo de ellos no me hubiera levantado”, indicó Yoguez.

El joven agradeció a sus maestras en la escuela alternativa, ya que lo guiaron y mostraron afecto durante su estadía. Ahora estudia en Trinity College, donde se ha matriculado en un curso técnico de salud.

Además de Yoguez, otros 128 jóvenes se graduaron de cuarto año de escuela superior de los centros de Ponce, Guayama, Villa España y Caimito. El principal ejecutivo de los centros, José Luis Diaz Cotto, mencionó que 83 por ciento de los graduados continúa estudios universitarios. Recalcó que la tasa de graduación es de 90 por ciento y la asistencia a clases es de 85.4 por ciento.

“La efectividad de nuestro modelo se deja ver en cada una de las vidas que se transforman”,expresó el ingeniero Cotto.