La robótica es el futuro de la ingeniería, la tecnología y el empleo.

Por eso, con miras al año 2020, cientos de miles de estudiantes se preparan cada semestre en diversas escuelas del mundo.

Dentro de ese contexto, Puerto Rico no se puede quedar atrás, y bajo la tutela del profesor Samuel Cardeña, alrededor de 75 estudiantes se adiestran en el programa de Robótica de la Academia Ponce Interamericana (API), que competirá en febrero en la piscina Vassallo de Ponce.

Cardeña, manifestó que mediante la robótica los estudiantes aprenden física, tecnología, biología, ciencias marinas, y además aprenden a trabajar en equipo y a socializar.

“La experiencia ha sobrepasado las expectativas, este pro yecto permite al estudiante desarrollar su potencial, creatividad, matemáticas, mediciones, el trabajo en equipo que es complicado, los chicos han tenido que ponerse de acuerdo para cumplir los objetivos”, explicó Cardeñas.

Aymette Medina, directora del Learning by Doing, organización sin fines de lucro que promueve que los estudiantes se interesen en profesiones tecnológicas a través de la robótica submarina, comentó que la robótica es la tecnología del futuro.

“Estamos cerca del 2020 y se espera que haya mucha oferta de empleo en el área de STEM, específicamente tecnología, todo lo que tenga que ver con programación, ingeniería, robótica, y el problema es que no hay recurso humano suficiente para cubrir los miles de puestos que se van a crear alrededor del mundo”, manifestó Medina.

“Este tipo de programa viene a preparar desde grados pequeños toda esa fuerza laboral y encaminarla a que elijan todas las carrereas del campo de la Ciencia, Ingeniería y tecnología”, explicó Medina.

Durante las prácticas se probaron los elementos de flotabilidad, maniobra, estabilidad y balance, para cumplir con las misiones que se le presenten.

Se trata de misiones prácticas, donde los estudiantes podrán probar lo que han aprendido en el campo de la física, la matemática y la ingeniería a través de su robot submarino, fabricado con materiales de uso común como el plástico PVC, cera para sellar, mallas, cables eléctricos, y motores fabricados por ellos.

Para los estudiantes, el reto es enriquecedor porque tienen la obligación de cumplir con los objetivos en un tiempo determinado, con un nivel de eficiencia superior.

“Me siento afortunada porque me ayuda a ser perfeccionista en todo lo que hago porque los robots deben tener unas medidas y funcionalidad para realzar todos los retos que enfrentemos”, expresó Paola Hernández, estudiante de 14 años.

Para Adriana Maldonado, de noveno Clemente, haber podido lograr y rebasar las expectativas del profesor Cardeña, durante el semestre ha sido algo que la llena de orgullo y satisfacción.

“Ha sido una experiencia única, definitivamente, nunca había tenido una experiencia como esta, máxime cuando el maestro nos dijo al principio de curso todo lo que podíamos aprender y podíamos lograr”, expresó Maldonado.

Mientras tanto, Heidi Sáchez, consideró que “hacer cosas que nunca pensó iba a hacer como soldar, ha sido algo que no olvidará, ya que su padre es soldador y no había tenido la oportunidad de hacer lo mismo, para la construcción del robot que utilizará para la competición.

Los estudiantes dijeron estar conscientes que lo aprendido lo podrán aplicar en diversas circunstancias como el rescate a un barco, la construcción de una base submarina y hasta la fabricación de un submarino para seguridad.