Antes, el teléfono de la casa era de toda la familia y funcionaba como puerta de entrada de la comunicación. Pero eso fue hace mucho y actualmente los padres no saben quién está llamando o hablando con sus hijos adolescentes.

Hoy en día es muy difícil que puedan recoger fragmentos de conversaciones que escuchen "por casualidad" como hacían antes si levantaban el otro teléfono de la casa (como cuando comenzaban a utilizarse los inalámbricos).

Ahora, la comunicación de sus hijos, en mayor o menor medida, se realiza con sus pares (o no tan pares) a través de un celular inteligente, de una sala de Internet en un centro de estudio o navegando en su computadora personal.

Toda esta realidad ha desatado dilemas sobre cómo controlar a los pequeños, cómo saber por dónde navegan y de qué modo restringir los sitios por donde se comunican en la nueva era digital. Pero ¿dónde está el límite?

Ciberpadres

La "ciberparentalidad" es un término que se ha ido adoptando para hablar de la crianza en la era digital, pero sus efectos en la vida de los hijos todavía están por verse. En Estados Unidos se ha comparado con otro término que estuvo de moda: "los padres helicóptero": aquellos que monitorean la vida de sus hijos sobrevolándolos a una distancia segura.

Los "ciberpapás", en cambio, terminan aplastando a sus hijos al mirar con el rabillo del ojo lo que hacen en la tableta, husmeando su muro de Facebook, revisando sus menciones en Twitter o investigando las fotografías que publican en la red de fotos Instagram.

"Los padres que tienen a sus hijos como amigos o seguidores en las redes sociales se exponen a conocer sus comentarios espontáneos e imágenes y videos de situaciones que implican la privacidad de ellos y de sus amigos", dice Magdalena Urzúa, directora de la Fundación Queveo (Chile).

El acechador, o stalker, como se le conoce en las redes sociales, revisa el perfil de una persona a la que ni siquiera tiene en sus contactos. Y como Internet es el nuevo diario de vida de los adolescentes, algunos padres se convierten en verdaderos "acechadores", porque quieren saber qué pasa en la vida de sus hijos.

Sin embargo, detrás de una intención por demás valiosa y comprensible, revisan exhaustivamente las actividades de los menores en Internet, pasando por el perfil de los amigos y de los amigos de los amigos y así sucesivamente.

De esta forma, estos padres pueden aprender demasiado del entorno de sus hijos, sin lograr acceder a la información que realmente necesitan. De hecho, 63% de los adolescentes admite saber cómo ocultar a sus padres lo que hacen en línea, según la empresa de seguridad digital Symantec.

Equilibrio

"Nuestra recomendación es ser amigos mudos de los hijos, es decir, no comentar el minuto a minuto de sus conversaciones y la de sus amigos, pues pueden eliminarlos o bien, dejarlos al margen, creando un perfil paralelo, lo cual hoy es muy común", agrega Urzúa.

La manera correcta de obtener información es manejar el lenguaje y las técnicas de las redes sociales, y las aplicaciones para adelantarse al niño, explica el psicólogo clínico Juan Pablo Westphal.

"Con toda la información que se obtiene, los padres deben dialogar con el adolescente, pero con el criterio suficiente para no hacer conclusiones erróneas a partir de suposiciones", advierte.

Herramientas espías

¿Se pregunta cómo es posible saber por dónde anda su hijo en materia de Internet? Monitorear qué mensajes recibe y envía en Facebook, qué sitios web visita y durante cuánto tiempo, saber dónde están gracias al GPS del celular, ver sus fotos en Instagram y observar los mensajes de Twitter es posible con uKnow.com, un software de control parental que, en su versión paga (10 dólares al mes), permite hacerlo.

En uKnow.com aclaran que no se trata de espionaje digital porque el adolescente sabe que el pequeño programa está instalado en su celular por lo que se "autocensura".

Norton Family, de Symantec, es un software similar en español, con una versión gratuita y otra de pago. Por su parte, Net Nanny 2.0 y K9 Web Protection son otras aplicaciones de control parental para celulares Android (los de la marca Samsung, Nokia y otros) y navegadores web.

Aunque su uso es controversial, Westphal cree que los padres deben tener un control y saber dónde navegan sus hijos, "pero primero hay que informarles", opina. "Hay que distinguir que la educación de los hijos es off line, privada y cara a cara, aun cuando tratemos temas y experiencias on line", recomienda Urzúa.