Los dispositivos móviles son ahora el blanco de ataques dirigidos y del ciberespionaje, tal como sucedió con sus homólogos "desktop", según publicó el Kapersky Lab. Una continua propagación de aplicaciones maliciosas en la tienda oficial de aplicaciones Google Play, y la primera detección de una aplicación con comportamiento malicioso en la tienda oficial de aplicaciones de Apple, lo evidencian. 

Denis Máslennikov, experto en análisis de programas maliciosos, analizó estas  tendencias en el último informe sobre la evolución de los programas maliciosos para dispositivos móviles. “Los ciberdelincuentes están dando mucha importancia a los dispositivos móviles porque ahora suelen contener incluso más datos personales que los tradicionales PCs”, según Máslennikov. 

El pronóstico para el 2012 se cumplió casi al pie de la letra: efectivamente, los ciberdelincuentes concentraron su atención en la tan popular plataforma Android, y la cantidad de amenazas diseñadas para ella siguieron creciendo a pasos acelerados. En enero de 2012, se contaba con menos de 6,000 muestras únicas de programas maliciosos para Android en su base de datos, pero a finales de año esta cifra superó la asombrosa cantidad de 43,000. “Más del 99% de las nuevas amenazas detectadas en 2012 estaban dirigidas contra los smartphones y tablets con plataforma Android, y menos del 1% lo estaban contra los sistemas operativos Symbian y BlackBerry, o la versión para dispositivos móviles de Java”, se especificó en un comunicado. 

Las amenazas más difundidas contra Android se dividen en tres grupos principales: troyanos SMS, que roban dinero mediante el envío de mensajes de pago, programas publicitarios o adware, y exploits para acceder a la raíz del dispositivo móvil y robar los datos que tiene almacenados. Otra notable incorporación a la familia de programas maliciosos para Android fue una nueva red zombi de dispositivos móviles llamada Foncy, que permitía a los ciberdelincuentes controlar los equipos capturados. La policía francesa arrestó a los autores sospechosos de esta red zombi, que habían obtenido más de 100,000 euros de sus víctimas.