Arizona.- Cuando presuntos vándalos cortaron un cable de fibra óptica en el desierto de Arizona el mes pasado hicieron más que hacer retroceder a miles de personas a la era previa de las computadoras, las tarjetas de crédito e incluso el teléfono. Expusieron una notable vulnerabilidad en la infraestructura de internet en Estados Unidos: Muchos lugares no tienen sistemas de respaldo.

Como el servicio de internet está mayormente sin regulación federal y estatal, las decisiones sobre confiabilidad de las redes dependen de las compañías proveedoras. Los analistas de esta rama dicen que esas compañías generalmente no construyen rutas alternativas, ni sistemas redundantes, a menos que consideren que vale la pena financieramente.

El resultado: Aunque la mayoría de las grandes áreas metropolitanas en el país tienen sistemas de respaldo, algunas ciudades menores y áreas rurales no los tienen.

"Mientras más rural es la localidad, es más probable que existe una sola ruta hacia y desde esa localidad", dijo Sean Donelan, ex gerente de infraestructura en el Departamento de Seguridad Nacional que trabaja ahora en una firma de ciberseguridad. "Si alguien consigue cortar esa fibra (óptica), van a tener generalmente dos o tres días sin servicio".

Pese a sus propias advertencias hace dos décadas sobre esas vulnerabilidades, el gobierno federal no ha tomado medidas para requerir a las compañías de internet que instalen sistemas de respaldo, pese a haber otorgado miles de millones de dólares en subsidios para expandir internet de banda ancha a áreas sin servicio.

"Nuestra mayor prioridad es asegurarnos de que la gente tiene servicio", dijo el secretario de Agricultura Tom Vilsack, codirector del recién creado Consejo de Oportunidad de Banda Ancha del presidente Barack Obama.

El mes pasado, en el norte de Arizona, decenas de miles de residentes se quedaron sin servicio de internet— algunos por hasta 15 horas — luego que supuestos vándalos cortaron un mazo de cables de fibra óptica de CenturyLink. Los cajeros automáticos dejaron de funcionar, las tiendas no pudieron procesar pagos con tarjetas de crédito e incluso se perdió el servicio de despachos de emergencia.

Cuando un cable submarino de fibra óptica se enredó alrededor de una roca y se rompió en 2013, algunos residentes de las Islas San Juan, en el estado de Washington, estuvieron sin teléfono e internet durante 10 días.

CenturyLink, proveedor de internet en los casos en Arizona y Washington, declinó ofrecer entrevistas sobre su infraestructura, pero la portavoz Linda Johnson dijo en un mensaje electrónico que la compañía rápidamente para restaurar servicio y está "invirtiendo constantemente en sus redes locales y busca implementar nuevos servicios y construir sistemas redundantes cuando es posible".

Las compañías han estado instalando más de 10 millones de millas (16 millones de kilómetros) de fibra óptica anualmente, lo que aumenta el riesgo de daños por excavadoras y palas, de acuerdo con un análisis hecho por un panel de confiabilidad de redes de Alliance for Telecommunications Industry Solutions. El número de interrupciones en líneas de fibra óptica de alta capacidad en Estados Unidos ha aumentado a más del doble en años recientes, de 221 en 2010 a 487 el año pasado, dice la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).

La FCC dice que aproximadamente la mitad de las áreas rurales de Estados Unidos carecen de acceso a internet de banda ancha. La agencia planea distribuir unos 20.000 millones en los próximos cinco años para respaldar una expansión, pero no requiere a los receptores de los subsidios que construyan redes de respaldo.