En un día soleado en una mesa de picnic en el Valle del Silicio, Eric Migicovsky le echó un vistazo a su reloj de pulsera. No quería saber la hora, sino si tenía algún mensaje electrónico. Entonces levantó la cabeza, sonriendo. El mensaje era de otro periodista.

En esta esquina del mundo obsesionada por los últimos dispositivos electrónicos, Migicovsky es el rey esta semana, en momentos en que su nueva compañía presenta los novedosos relojes multiuso Pebble de alta tecnología. La computadora del tamaño de una estampilla de correo abrochada a su muñeca cuesta 150 dólares y está conectada de manera inalámbrica al portador de un teléfono Android o iPhone.

Y el usuario, en una modalidad verdaderamente de manos libres, puede leer textos, ver quién lo llama, echar un vistazo a sus mensajes en Twitter o Facebook y, además, ver la hora, todo mientras trabaja en el jardín, prepara un asado o —como le sucedió cuando concibió la idea— montar bicicleta cuando su teléfono comenzó a sonar.

Y esta es sólo la primera versión. En este momento se desarrollan aplicaciones que pudieran traer a nuestras muñecas casi cualquier cosa, como las subastas en eBay.

"Me gusta tenerlo puesto cuando corro", dice Migicovsky. "Me gusta cuando estoy en el metro, en un avión, en cualquier momento que quiero ver qué hay de nuevo en mi teléfono sin sacarlo del bolsillo".

Pebble, que comenzó a llegar a las tiendas en enero, no es el primero en tratar de penetrar el mercado de relojes, que perdió fuerza cuando los consumidores comenzaron a colocar teléfonos multiuso en sus bolsos y bolsillos. Pero esta pequeña compañía de 11 empleados es la más popular del sector de relojes multiuso hoy en día, en medio de rumores rampantes de que Apple se prepara para sacar su propio iWatch.

Natalie Harrison, portavoz de Apple, declinó comentar al respecto, pero no era la primera vez que le preguntaban. Apple tiene varias patentes de relojes de alta tecnología.

Tim Bajarin, analista de la firma Creative Strategies que siguió a Apple durante más de tres décadas, dijo que está esperando por el iWatch desde que la empresa presentó el minúsculo Nano en 2010 y los consumidores comenzaron a colocárselo en la muñeca.

"Creo que Apple tiene el potencial de afectar el mercado de relojes si vinculan su diseño innovador con sus teléfonos multiuso y los ecosistemas", dijo. "No sabemos que estén haciendo esto, pero ese sector está maduro para la innovación".

Mientras tanto, Bajarin tiene uno de los primeros 6,000 Pebbles que se han despachado hasta el momento, y lo adora.