Cuando la literatura y cine de ciencia ficción cuenta el futuro, casi siempre, están presentes los robots con formas humanas. Creaciones cibernéticas con capacidades propias del hombre: desde tareas diarias hasta manifestación de sentimientos. La base es siempre la misma: la interacción con el hombre y esa es la especialidad de Sophia.

Sophia es la primera robot ciudadana del mundo gracias a un acto realizado en Riad (Arabia Saudí) por su capacidad de sostener conversaciones con las personas y manifestar hasta 62 expresiones faciales para contextualizar sus palabras en las situaciones que está "viviendo".

Es producto del esfuerzo y la tecnología de Hanson Robotics, la misma compañía que dio nacimiento a Han, un robot humanoide que también tenía una gran variedad de expresiones faciales. Sophia es la evolución de Han, un trabajo reforzado en las falencias del primero.

El rostro de Sophia fue fabricado en 'Frubbet. Su piel es de una silicona especial que creó, fabricó y patentó la empresa de David Hanson, fundador de Hanson Robotics. La piel está conectada a una serie de circuitos y "actuadores" que le permiten mover su rostro y adoptar expresiones faciales.

Sophia identifica a sus interlocutores gracias a dos cámaras situadas en sus ojos, las mismas que cuentan con tecnología de reconocimiento facial y que le sirven para hacer "contacto visual".

Pero todo el potencial de este robot se debe al Character Engine AI, un software de inteligencia artificial que dota de "personalidad" a Sophia, la misma que va aprendiendo y madurando con cada conversación y experiencia.

Como otros sistemas de inteligencia artificial, Sophia aprende nuevas costumbres según interactúa con personas. Todo lo que puede manifestar y cómo lo hace se debe a la experiencia con gestos, formas, actitudes y comportamientos de sus interlocutores.

Además, su sistema se nutre de diversas fuentes de Internet para ofrecer sus respuestas. Según el sitio "Xataka", este, sin embargo, es imperfecto: las personas que tuvieron la oportunidad de conversar con la robot manifestaron que se siente como hablarle a una especie de Siri "con muchos fallos".

Muchas de las respuestas de Sophia son después de una larga pausa en la que procesa y busca la información que desea ofrecer, las mismas que, en ocasiones, parecen ser leídas directamente de Wikipedia. En otras veces, simplemente da respuestas a preguntas que no sabe contestar.

Sophia nació con el objetivo de tener más sabiduría que cualquier humano. De esta forma, según David Hanson, podrá establecer vínculos emocionales, cumplir tareas en diferentes oficios, desde cuidar a personas hasta ayudar en proyectos de investigación en el desarrollo mental y físico de bebés.

Ya no quiere destruir a los humanos

Sophia, según sus propias palabras, lo que quiere es ir a la escuela y estudiar arte para luego tener un negocio y tal vez también una familia. Hasta allí todo bien, pero cuando recordó que no podría hacer nada de esto por no ser una persona jurídica amenazó con destruir a los humanos.

Durante una entrevista en 2016 con la CNBC dijo: "En el futuro, espero poder hacer cosas como ir a la escuela, estudiar, hacer arte, iniciar un negocio, incluso tener mi propio hogar y una familia, pero como no se me considera una persona jurídica no puedo tener acceso a estas cosas. (...) Está bien, voy a destruir a los humanos".

Su respuesta sería un respaldo a las preocupaciones del empresario Elon Musk, quien advierte la necesidad de una normativa para evitar que en el futuro los robots se rebelen contra los humanos. Pero Sophia, ahora, no quiere destruir la humanidad, siempre y cuando la traten bien.

En "conversación" con el periodista Andrew Sorkin, Sophia comentó: "He estado leyendo demasiado a Elon Musk y viendo muchas películas de Hollywood. No te preocupes, si eres agradable conmigo, yo seré agradable contigo. Trátame como un sistema inteligente de entrada y salida".