Al ver los surcos en sus manos, se ve que ha vivido un siglo... y un poco más. Su mente es un vaivén de recuerdos que a veces hay que ayudar a retomar cuando “se le va el hilo” de la conversación. Pero ¿qué más se le puede pedir a un ser que ha vivid
13 de junio de 2013 • 3:36pm
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