Desde que entras a Dude’s Diner sabes que tendrás una experiencia única. Hay música de los años cincuenta, una máquina de Coca Cola del ’64, un pinball del ’72 y una batidora del ’53 que te prepara unas malteadas irresistibles. Es un lugar único en la calle Loíza en San Juan. Hay hamburgers, papas fritas, mac and cheese, pancakes, waffles y sándwiches. ¿Qué más puedes pedir?

(Claramente ella vino para la malteada. / BrandShare)
(Claramente ella vino para la malteada. / BrandShare)

Me senté en la barra, delante de un televisor antiguo inmenso pintado en la pared. Había una imagen de Grease, una pequeña vellonera de los cincuenta y un teléfono antiguo color rosa; todo funciona. La música venía de un radio de los treinta, que me transportaba a la época.

Cuando Emmanuel Díaz, propietario de Dude's Diner, empezó a delinear el concepto de su negocio lo imaginaba como el lugar al que los jóvenes llevarían a sus padres nostálgicos, en el que jugarían al pinball mientras se contaban historias. El espacio se trazó para la familia.

(Definición de cool dad. / BrandShare)
(Definición de cool dad. / BrandShare)

“También está diseñado para los papás que quieren ir a janguear con sus hijos, pero no quieren ir a un lugar donde estorben. Aquí los nenes tienen su mesa, tienen su maquinita, pintan, decoran, tienen sombreritos de papel para que pongan sus nombres. Tienen su espacio. Entonces, los papás pueden darse su cervecita, hablar, comer, chilear”, me dijo.

(Aquí los niños no son un "estorbo"; son parte de la experiencia. / BrandShare)
(Aquí los niños no son un "estorbo"; son parte de la experiencia. / BrandShare)

En ese instante, entró un hombre, saludó al dueño y se sentó. No habló más. Díaz empezó a contar que la máquina de Coca Cola la consiguió en la casa de un amigo de su padre en Ciales. También recordó al huracán María y el retraso que le supuso a la apertura del local, que finalmente pudo inaugurarse el 16 de enero. En lo que terminaba de recordarlo, al cliente ya le habían traído un steak sobre papas fritas y dos huevos encima. ¿Cuándo el hombre ordenó que yo no me di cuenta?

(Parece que el hombre es local y este es su plato; nunca lo vi pidiendo y llegó esta joya. / BrandShare)
(Parece que el hombre es local y este es su plato; nunca lo vi pidiendo y llegó esta joya. / BrandShare)

"Yo quería hacer algo que en realidad rompiera el molde, no solo en el look, sino en la manera de servir. El trato lo quería hacer bien personal. Que los muchachos tuvieran su propia personalidad, que conocieran a los clientes, que crearan una relación. Que la gente venga aquí y se sienta en su casa", me explicó.

Yo me comí un Big Kahuna Burger. Sí, el hamburger que se come Samuel L. Jackson en Pulp Fiction y dice que tiene un sabor increíble. No se equivocaba. Media libra de carne, queso mozzarella, bacon y piña; una combinación que te deja sin palabras.

(Aquí estoy lechoneando con el Big Kahuna; me siento como Samuel L. Jackson. / BrandShare)
(Aquí estoy lechoneando con el Big Kahuna; me siento como Samuel L. Jackson. / BrandShare)

Hago un paréntesis para un pro tip: no olvides probar la salsa de la casa que acompaña las papas fritas y que los miércoles hay 20% de descuento si pagas con tu tarjeta de crédito Visa.

Y ni hablar de los mac and cheese con pollo empanado. Son hechos al momento y todos los días son una receta diferente. Esta pasta es un clásico de Díaz, desde que tenía un food truck —precursor del Diner— en el que vendía grilled cheese y mac and cheese. Con esa guagua estuvo dos años.

(En este punto pensé que iba a morir. / BrandShare)
(En este punto pensé que iba a morir. / BrandShare)

Cuando se estableció en este lugar, él quería —como buen dulcero que es— crear un menú de postres. El más que se vende es su favorito: oreos fritas servidas con un vaso de leche. “Saben demente. Saben como a una donita de azúcar rellena de oreo".

Tanto es el amor al dulce que hasta a la comida le añade algo azucarado. “Tenía que ingresar aquí mucho dulce. Mezclar lo dulce con lo salado”. Y como en esa calle no había nada de mantecado o batido, pues lo adaptó a su menú.

(Emmanuel Díaz, un duro en la cocina y dueño de Dude's Diner. / BrandShare)
(Emmanuel Díaz, un duro en la cocina y dueño de Dude's Diner. / BrandShare)

“Son platos que en realidad apelan a muchos paladares. Comida simple, comida que es familiar. Es algo más básico, sencillo, nada muy fancy, sino buena carne, buen producto, buena presentación", resumió.

Yo me fui con ganas de volver un viernes de películas o un día de esos que se presenta una banda de rockabilly en vivo. Esta vez, llevaré a mi papá.