El envejecimiento también afecta al corazón

Conoce cómo los cambios normales en cada etapa de vida, unidos a otros factores, pudieran aumentar tu riesgo cardiovascular y qué puedes hacer para prevenirlo

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Las investigaciones han demostrado que, una vez las mujeres pasan por la menopausia, sus niveles de riesgo cardiovascular aumentan considerablemente.
Presentado por MCS Classicare

Quizás te sorprenderá saberlo, pero el corazón envejece del mismo modo que lo hacen la piel y el cabello. Tan pronto como a los 20 años, el corazón y los vasos sanguíneos comienzan a cambiar, aún cuando se está saludable.

La genética, nuestro entorno y las elecciones de estilos de vida que hacemos pueden desempeñar un papel tanto en nuestra salud cardiovascular como en otras condiciones de salud. El género y la etapa de vida también influyen en el nivel de riesgo del individuo para desarrollar condiciones cardiovasculares.

Las investigaciones han demostrado que los hombres tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares que las mujeres cuando son jóvenes, pero, una vez las mujeres pasan por la menopausia, sus niveles de riesgo aumentan considerablemente.

Uno de los cambios que ocurre con la edad es que las arterias tienden a endurecerse y a estrecharse, lo que puede dificultar el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Con el tiempo, el músculo cardíaco puede debilitarse, lo cual pudiera resultar en insuficiencia cardíaca. El envejecimiento también puede afectar el sistema de conducción eléctrica del corazón, lo que puede causar arritmias y otros problemas de ritmo cardíaco.

Además, el envejecimiento se asocia con un aumento en la acumulación de placa en las arterias, lo que puede causar bloqueos y aumentar el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Lo que ocurre es que, a lo largo de nuestra vida, se pueden acumular depósitos de colesterol en el interior de nuestras arterias, conocidos como placas. Nuestro cuerpo responde enviando glóbulos blancos al sitio y, eventualmente, haciendo crecer una capa de células musculares sobre la placa. Las placas pueden estrechar partes de nuestras arterias y limitar el flujo sanguíneo al corazón con el esfuerzo, pero, en la mayoría de los casos, no causan problemas graves, a menos que se rompa. Una placa rota forma un coágulo de sangre que puede bloquear abruptamente una arteria por completo y provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral.

Aunque los cambios cardiovasculares son parte natural del proceso de envejecimiento, sin embargo, padecer de ciertas condiciones como alta presión, diabetes y obesidad aumenta el riesgo de sufrir fallo cardíaco.

El doctor Eric Adler es cirujano plástico facial, miembro de los Latin Doctors y colaborador de MCS.

¿Cómo puedes cuidar tu corazón?

Puedes prevenir los efectos negativos del envejecimiento en el corazón. Para ello, es importante adoptar un estilo de vida saludable y seguir los siguientes consejos. Primero, sigue las recomendaciones de tus médicos en lo que respecta al tratamiento de enfermedades crónicas y monitorea rutinariamente tu colesterol y presión arterial, entre otros indicadores. Esto te permitirá detectar a tiempo cualquier problema cardíaco y recibir el tratamiento adecuado.

Una dieta baja en colesterol y grasas saturadas también te ayudará a reducir tu riesgo de enfermedades del corazón. Tus hábitos alimenticios deben incluir una variedad de nutrientes que se obtienen de cereales integrales, frutas y verduras, productos lácteos descremados y bajos en grasa, y proteínas de pescado, aves magras o fuentes de origen vegetal como habichuelas, nueces y semillas. Por último, limita el consumo de productos altos en sodio y que tengan azúcar añadida.

Ejercitarte regularmente ayudará a que mantengas tu peso bajo control y a oxigenar tu cuerpo, manejar el estrés y balancear el azúcar en tu sangre. Finalmente, reduce o elimina completamente el tabaco (deja de fumar) y el alcohol.

En resumen, el envejecimiento puede afectar el corazón de diversas maneras, pero, adoptando hábitos de vida saludables y recibiendo atención médica adecuada, es posible prevenir o mitigar muchos de estos efectos.

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