BEIJING. La selección venezolana de básquetbol espera dar buenas noticias a sus compatriotas en un momento en que Venezuela enfrenta duras sanciones económicas y una crisis política que ha obligado a millones a huir del país en los últimos años.

La misión inicia el sábado en Beijing, cuando Venezuela enfrente a Polonia en el primer día de actividades de la Copa del Mundo de básquetbol en China.

Venezuela logró clasificar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro hace tres años, apenas su segunda actuación olímpica. La Copa del Mundo que se juega en China podría resultar una vía para avanzar de nuevo a unos Juegos Olímpicos. Pero el camino no es nada fácil.

En entrevista con The Associated Press el seleccionado venezolano Michael Carrera destacó que si bien Venezuela siempre llega a las competencias considerado uno de los equipos débiles, eso no es motivo de preocupación para el equipo.

Y dijo que aunque nadie considera que avancen a la siguiente ronda, todo puede ocurrir dentro de la cancha.

Venezuela ganó solo uno de sus cinco compromisos en Río de Janeiro en 2016, pero esa única victoria fue contra su similar de China. Eso sin duda generará confianza ahora que los venezolanos compartirán grupo con las selecciones china, marfileña y polaca.

El torneo cuenta con ocho grupos de cuatro equipos cada uno, repartidos en ocho sedes a lo largo del país. Los dos primeros lugares de cada grupo avanzarán a la siguiente ronda.

Venezuela intentará de paso derrotar a un equipo europeo por primera vez en un partido oficial. En este caso, Polonia.

"Venezuela es un equipo aguerrido", afirmó Mike Taylor, el entrenador de la selección de Polonia y nacido en Estados Unidos. "Juegan con una energía y un ímpetu tremendos. Les gusta imponer un juego de fuerza física contra el oponente".

China tendrá una enorme ventaja como local en la Arena Wukesong, que fue construida para los Juegos Olímpicos de 2008. Renombrada a partir de entonces como la Arena Cadillac, será también la sede de las semifinales y la final de la Copa del Mundo.

“Al recordar los Juegos Olímpicos de 2008, los consideramos nuestros Juegos Olímpicos”, señaló Yi Jianlian, el único integrante de la selección china de 2008 que competirá en la Copa del Mundo. “Queremos ver este torneo de la misma manera, como nuestra Copa del Mundo de básquetbol”.

Ni China ni Venezuela estarán entre los favoritos esta vez, y es probable que Serbia, Estados Unidos, Grecia, Australia y Francia asuman ese papel. La mayoría de las estrellas estadunidenses optaron por no representar a su país en la Copa del Mundo, lo que ha creado un equilibrio en la competencia.

Carrera comentó que hace tres años jugaba para la Universidad de Carolina del Sur y sólo pudo ver los Juegos de Río por televisión. Esta vez podría estar en Tokio 2020 si Venezuela logra clasificar. Eso, aseveró Carrera, es algo en lo que sueña.

Venezuela es comandada de nuevo por Néstor Colmenares, que anotó 16 puntos en la victoria de 72-68 sobre China en Río de Janeiro.

En caso de que Venezuela dé algunas sorpresas en China, no sería la primera vez. Doblegó a Canadá y Argentina en 2015 en México para obtener su boleto olímpico, ante dos equipos con mucho talento de NBA.

Luis Vargas, vocero del equipo, subrayó que si bien reconocen que no cuentan con los recursos y los jugadores suficientes para dar la pelea en el máximo nivel, la selección venezolana tiene una sólida defensiva y su ímpetu hace posible lo imposible.

Para Fernando Duró, entrenador de la selección de Venezuela, el mayor problema es la preparación y el hecho de que se juega poco básquetbol competitivo a nivel nacional. Siete de los jugadores convocados para la Copa del Mundo son elementos de un mismo equipo _ Guaros de Lara.

Duró añadió que espera que este torneo en China ayuda al desarrollo del básquetbol venezolano.

Mientras que Carrera dijo que los jugadores tratarán durante la Copa del Mundo de no verse afectados por la crisis que se vive en su país, y repitió una y otra vez que en estas competencias todo es cuestión de ir un juego a la vez.