MANATÍ.- Dayshalee Salamán no sabría precisar dónde estaría hoy si no fuera por el baloncesto. Practicar el deporte fue la válvula de escape que le ha permitido cumplir con unas metas, incluyendo ser integrante de la Selección Nacional femenina que participa en el torneo Centrobasket. 

“Vengo de un barrio de escasos recursos  en Carolina. Poder estar aquí es un orgullo para mí y mi familia. Es un ejemplo de superación. No todos salen del barrio siendo alguien en la vida. Quién sabe dónde estaría si no fuera por el baloncesto”, confesó Salamán a Primera Hora.

La armadora es una de las bujías del Equipo Nacional por su fogosidad y energía una vez está dentro de la cancha.

“La disciplina y el trabajo duro me ha enseñado ser la persona que soy. No ha sido fácil, pero gracias al baloncesto y a mis padres soy quien soy. Tuve que superar muchos rechazos, subestimación, tener un carácter fuerte no es fácil. Siempre he estado en la defensiva y eso a la gente no le gusta. No todos los que salen de un residencial público han podido representar a Puerto Rico”, dijo.

Salamán  ha contado con el soporte de las compañeras.

“Van al barrio, se toman fotos con los niños y tratan de ayudarme en lo que les pido que es hablarle a los muchachos. Durante el huracán (María) Yolanda Jones estuvo conmigo y ella vio cómo se vive en el barrio. Eso se los agradezco a las muchachas”,

Para Salamán, ella es un vivo ejemplo de que nada es imposible.

“Los sueños se hacen realidad”, concluyó.