Desde el 2006, el veterano centro José ‘Piculín’ Ortiz le dijo adiós al baloncesto.

Su resumé de buen desempeño en cuatro Juegos Olímpicos y cuatro Copas del Mundo, así como un par de medallas de oro a nivel continental, ocho campeonatos en el Baloncesto Superior Nacional de Puerto Rico, una Copa Korac en Grecia y una Copa del Rey en España le harían un candidato fuertísimo a ser escogido al Salón de la Fama de FIBA.

Pero año tras año sigue siendo ignorado mientras otros, como el neozelandés Pero Cameron –el jugador que dejó pegado a Puerto Rico en el juego de cuartos de final del Mundial Indianápolis 2002, quien tiene su crédito pero no un resumé del nivel de Ortiz– acaba de ser seleccionado para dicho club.

Cameron es parte de la clase del 2017 que sí incluye a otros candidatos obvios como Shaquille O’Neal y Toni Kukoc.

¿Pero será que todavía le están pasando factura a Ortiz por su caso judicial en el 2011 o simplemente que en FIBA piensan que no tiene los méritos?

“El problema es que no se sabe cuales son las reglas o las consideraciones para pertenecer a ese Salón de la Fama. Ahí no se sabe ni quién vota”, dijo el  dirigente Flor Meléndez.

“Pero si fue como jugador, Piculín tiene que estar ahí. Siempre estaba presente con la Selección Nacional en cuanto torneo FIBA había. En la última olimpiada (en Atenas 2004) estuvo con 41 años. Con todo lo que hizo ¿qué más puede demostrar una persona para estar ahí?

Según el narrador y promotor Ernesto Díaz González, el problema radica en que posiblemente no hay nadie dentro de FIBA abogando por el caso de Ortiz. Y más ahora tras el fallecimiento de Jenaro ‘Tuto’ Marchand.

“De seguro Piculín tiene mejores números que muchos ahí pero no hay quién lo proponga, quién lo defienda y abogue por sus votos”, indicó Díaz.

Entretanto, el excanastero Edgar Padilla manifestó que Ortiz debió haber estado en el Salón de la Fama hace años.

“Piculín es el mejor jugador que ha dado Puerto Rico. Aún viejo con 40 años hizo casi un cuadrúple-doble contra Canadá para clasificar a las Olimpiadas 2004”, recordó Padilla.

“Cuando comparas a Picu con muchos de los jugadores de su posición en la NBA, pudo haber jugado ahí toda la vida. Tipos de ocho a 10 años en la NBA que no fueron la mitad del jugador que él fue. Los Bill Wennington o Will Perdue de la vida. Y cuando enfrentó a tipos elites de su momento como Alonzo Mourning  o Christian Laettner, los echó por el aro”.