Las ligas profesionales en Estados Unidos han dado paso a la iniciativa que permite a los fanáticos estar lo más cerca posible a la acción. La NBA ha sido el mayor propulsor de esa práctica dado que los equipos pueden recibir enormes beneficios económicos. 

Sin embargo, ¿dónde debe estar el límite? 

Si le pregunta a Russell Westbrook, estelar armador del Thunder de Oklahoma City, diría que le han dado demasiado acceso al público. Westbrook tuvo una extraña experiencia durante el partido del martes contra los Nuggets de Denver donde un joven fanático se levantó de la silla para darle unos golpecitos en la espalda. 

Westbrook miró el jovencito e intercambió palabras con el padre antes de seguir su camino para la continuación del juego. Luego del partido, Westbrook explicó que la NBA debería establecer mejores reglas de seguridad para la protección de los jugadores.