Su experiencia y visión del juego valen igual o más que el trabajo que pueda hacer cualquier jugador que goce de juventud.

Y no es que los años pasen en vano, sino que se trata de jugadores que, con el pasar del tiempo, se han convertido en “fuentes que siempre dan agua”.

En la Liga Profesional Roberto Clemente existen algunos, como los veteranos Pedro Valdés, de los Gigantes de Carolina; Nick Ortiz, de los Leones de Ponce; Luis “Wicho” Figueroa, de los Cangrejeros de Santurce; y Edgard Clemente, de los Criollos de Caguas, quienes a pesar de que llevan más de 15 años activos en la liga, siguen siendo figuras fundamentales en sus respectivas alineaciones.

Valdés, quien a sus 39 años atraviesa por su última temporada del béisbol activo, superó los 500 inatrapables el pasado domingo.

Por su parte, Ortiz, un mes mayor que Valdés, es el tercer mejor bateador de los Leones con promedio de .284, mientras que Figueroa, de 38 años, se mantiene entre los líderes en inatrapables conectados de Santurce con 36.

Entretanto, Clemente, de 37 años, ha sido una ficha clave de los Criollos durante las pasadas tres temporadas y este año batea para promedio de .288.

Para Valdés, la razón para seguir produciendo es el fortalecimiento de la mente.

“Cuando uno va entrando en edad, va tomando más confianza en sus habilidades. No es que cuando estaba joven no confiara en lo que podía hacer, es que simplemente uno conoce más su cuerpo y su territorio. Uno está más consciente de hacia dónde es más efectivo en su bateo y ejecuta hacia ese lado”, aseguró Valdés.

De igual forma se expresó Ortiz antes de asegurar que un aspecto que también influye en su rendimiento es el cuidado que toma para mantenerse en forma en el tiempo en que no está jugando béisbol.

“Uno se cuida mucho más que antes. Uno está consciente de lo que hacía mal y no le daba resultados y no lo pone en práctica. Con el pasar de los años, comienzas a cambiar la visión que se tiene de uno mismo en el juego. Incluso, analizas el juego de forma distinta”, sostuvo Ortiz, quien regresa a la liga invernal tras varias temporadas de ausencia.

“A nosotros nos ayudó haber jugado en los 90, una época en la que uno se preparaba para jugar en el terreno de juego y no en el gimnasio. Veníamos más temprano al parque para coger roletas, trabajar con la mecánica del bateo, etc. Aprendimos a fortalecer el cuerpo y la mente de otra forma”, sostuvo Valdés.

“Cuando uno fortalece la mente y el cuerpo, no se afana por impresionar a otros, se concentra en no extralimitarse, hace su trabajo como puede y toma las cosas con calma, nada puede fallar”, sentenció.