Caguas. Uno de estos días, Félix Santana se asomará por la ventana exterior de un cuarto de hospital pedriático para, haciéndose pasar por Spiderman, sorprender a los niños pacientes.

Lo quiere hacer con el uso de sogas que le sostengan en el aire, con el corazón gigante que tiene para este tipo de paciente.

Ese es Félix Santana, un carolinense de 38 años que fue lanzador de béisbol Doble A, y que ahora es coach de lanzadores de los finalistas Cariduros de Fajardo. Pero también es desde hace dos años un Spiderman boricua que alegra la vida de miles de niños que convalecen es hospitales de Puerto Rico. Esa es su nueva pasión, lo que más lo llena de satisfacción.

“Estoy cambiando los parques por los cuartos de hospital. Estoy encontrando mayor satisfacción. No es lo mismo que te digan: ‘buen juego’ a que unos padres se te acerquen para decirte ‘gracias por lo que has hecho’. Uno no se siente como un superhéroe, sino con una supergratificación”, dijo Santana.

Santana se viste de Spiderman semanalmente para visitar a niños en los pisos pediátricos de hospitales en Puerto Rico. A veces le acompaña su hijo mayor, también vestido de Spiderman. Y se sienta con los pacientitos para hablar sobre las escuelas, amigos y otros temas.

Siempre arrastra consigo un carrito en donde transporta juguetes que regala a los niños y que consigue gracias a las aportaciones que hace la ciudadanía a la Fundación Cuca Inc. que él mismo creo tras la muerte de su señora madre, víctima del cáncer, en el día de los Padres, el 17 de junio de 2012.

De hecho, su señora madre y la posterior muerte de ésta fueron la persona y el fin que motivaron a Santana a convertirse en el Hombre Araña y llevar alegrías a los niños.

Santana contó que su madre, Sonia Ester Rivera Santana, o doña Cuca, conseguía regalos todas las Navidades y los repartía entre los niños del Condominio Villas del Diamantino que ubica cerca de la urbanización Country Club de Carolina en donde residían. Detalló que días antes de la entrega, doña Carmen se tomaba el tiempo e iba por las cosas tomando nota de los nombres de los niños para que los regalos fueron personales.

“De ahí surge mi inquietud de hacer esto. Le dije a mi esposa que nos vamos a dedicar completamente a rescatar sonrisas con Spiderman”, dijo Santana.

El Spiderman boricua calcula que ha imptactado a más de 2,500 pacientes pediátricos en Puerto Rico.  Y se siente identificado con cada uno de esos pacientes que preferirían estar jugando o en la escuela en vez de estar recibiendo inyecciones y tratamientos médicos. También comparte su compasión con cada padres y madre que convierte los cuartos de hospital en sus casas cuando la estadía en el pediátrico se extiende por demasiado tiempo. Y no deja atrás también su interés de colaborar con cada médico y enfermera que comparte en los hospitales, llevando junto a ellos la inyección no dolorosa, la de la alegría.

“Me tomo esto bien en serio. Estoy bien comprometido. En el momento en que me toca vestirme de Spiderman siento una súper gratitud porque estoy aportando”, dijo Santana.