Los jugadores latinos en las Grandes Ligas han encontrado una nueva forma de dejarle saber a los fanáticos quiénes son, de dónde vienen y cómo se sienten.

 La moda de las zapatillas personalizadas  llegó con fuerza a  los diamantes de las Mayores este año y uno de sus principales creadores es el  puertorriqueño Jorge Soto, la persona que adornó los spikes del campocorto de los Indios de Cleveland,  Francisco Lindor, con su famosa frase “Believeland” en la pasada Serie Mundial.     

“Él (Soto) me había hecho unos ganchos el año pasado, pero no había pedido más ninguno. En los playoffs yo quería sacar algo diferente”, explicó  Lindor en entrevista con Primera Hora.

Pero, según Lindor, lo “diferente” no podía ser algo muy llamativo.

“Le dije a él: ‘yo quiero tener algo que se vea bonito y clásico, pero que al mismo tiempo no sea muy llamativo’.  Me preguntó qué le podía poner y si quería que les escribiera  ‘Be consistent’ (sé consistente)  –porque mis ganchos ya tenían eso–,  pero yo quería algo diferente. Entonces, luego me dijo si podía ponerle ‘Believeland’ y yo le dije  rápido que sí”, sostuvo Lindor sobre el origen sus famosas zapatillas.

Tampoco podía infringir la  regla  que tiene  las Grandes Ligas que   especifica que todos los jugadores de un equipo deberán usar uniformes idénticos en color, adornos y estilo. Además, explica que “ningún jugador cuyo uniforme no sea semejante al de sus compañeros de equipo le será permitido participar en un juego”.

La carta de advertencia que recibió en julio el jardinero  Yasiel Puig  de que recibiría una multa  por usar unos spikes con el rostro de  la legendaria voz de los Dodgers, Vin Scully, es evidencia clara que la regla aplica hasta en el calzado.     

 En entrevista telefónica con Primera Hora, Soto contó que ya había trabajado  con varias ideas en su mente para  el momento en que  Lindor le hiciera un segundo pedido de ganchos personalizados.  

“Desde el momento en que lo vi por última vez en Cleveland, ya estaba pensando en qué podía presentarle la próxima vez.   Incluso, hice un pequeño estudio acerca de los diferente slogans  que han usado últimamente los  equipos de Cleveland en las redes sociales. Vi que el  ‘Believeland’  era algo que también usaban los Cavaliers en la NBA y era algo en lo que Lindor creía”, explicó Soto, quien  firma sus trabajos bajo el nombre Soto Customs. 

 Y no se equivocó. Como ha sucedido en un sinnúmero de ocasiones, Soto dio en el clavo. 

“‘I believe in my land. I believe in Cleveland’. (Yo creo en mi tierra. Yo creo en Cleveland)... Lo pusimos  y salimos con ellos. Ese fue mi distintivo”, sostuvo Lindor.

Un buen comienzo

Soto confesó que jamás pensó que su trabajo iba a gustar tanto  cuando  a su mente vino por primera vez la idea de personalizar las zapatillas del lanzador boricua de los Mellizos de Minnesota, José  Berríos, quien es uno de sus amigos. 

  “Todos esperábamos que Berríos debutara en el 2015  y yo quería que lo hiciera  luciendo algo especial. Busqué en diferentes lugares en Estados Unidos para regalárselas  y el timing no me ayudaba. Se lo dije a  su entrenador Josué Lionel y  él me dijo  que por qué no me tomaba la iniciativa de yo hacerlo”, recordó Soto. 

“Veo ahora las fotos de ese primer trabajo  y me digo: ‘qué terrible’. Pero, ese apenas era el comienzo. No pensé  en que me iba a pasar todo lo que me ha pasado hasta ahora”, manifestó Soto, quien hace su labor en su casa en su tiempo libre, luego de salir de su trabajo a las 3:00 p.m.

Luego de más de un año de su primera creación, Soto tiene en su cartera de clientes a 30 jugadores de las Mayores entre los que  destacan  no sólo Lindor y Berríos,  sino también  Javier Báez, el receptor Martín “Machete” Maldonado,  los venezolanos Víctor Martínez, Miguel Cabrera  y Francisco Rodríguez,   los cubanos Leonys Martín y Yasmany Tomás,  y el dominicano José Reyes.

 “La comunicación con los jugadores es sumamente importante. Uno tiene que  hablar con ellos  para saber qué es lo que quieren. Algunas veces ellos te dicen: ‘tú eres el que sabes de eso. Haz lo que tu creas’. Entonces, ahí es que uno debe poner a prueba lo que uno sabe del jugador para presentarle un boceto como propuesta”, sostuvo Soto. 

 “En un principio, sentía un poco de temor cuando las entregaba porque si no le gusta al jugador, pues el boca a boca te  puede ayudar o destruir. Gracias a Dios, todo ha sido positivo y mi trabajo ha gustado”.

 El proceso no es fácil 

Soto relató  que el proceso de pintar unos ganchos de béisbol es muy diferente al de unas tenis debido a la naturaleza del juego.

 “El proceso es uno tedioso porque hay que quitarle parte del producto que trae la zapatilla de fábrica, despintarla, preparar bien la pintura para el diseño, ponerla, esperar a que seque bien y  darle un tratamiento para que dure al maltrato que le va a dar el jugador en sus constantes movimientos en el terreno. Esto es algo que toma su tiempo”, dijo Soto, quien tarda un máximo de tres días en completar unas zapatillas.

   Las ganancias que ha tenido  Soto hasta el momento le han servido para comprar productos y parte de las máquinas que le ayudarán a agilizar su trabajo. El artista de los spikes indicó que el costo por personalizar las zapatillas de los peloteros inicia en 200 dólares aproximadamente.

  “Las experiencias que he vivido todo este tiempo son enriquecedoras, con un valor incalculable. Yo hago esto por amor, porque me nace. Soy un fiebrú   y me apasiona el béisbol. Como en todo negocio, lo que uno gana  en un principio lo usa para comparar máquinas y utensilios que le ayuden a perfeccionar a uno el trabajo”,  sentenció Soto. 

NOTABLE CLIENTELA

Algunos de los peloteros que han usado ‘spikes’ de Soto Customs: 

Francisco Lindor (Cleveland) 

Javier Báez (Chicago)

José Berríos (Minnesota)

Kennys Vargas (Minnesota)

Martín “Machete” Maldonado (Los Ángeles)

Víctor Martínez (Detroit)

Miguel Cabrera (Detroit)

Francisco Rodríguez (Detroit)

Yasmany  Tomás (Arizona)

Leonys Martín (Seattle)

José Reyes (Nueva York)

Festejo venezolano
Francisco  Rodríguez  y Víctor Martínez posan con las zapatillas creadas por Jorge Soto para el partido del 5 de julio, fecha en  la que los jugadores venezolanos de los Tigres de Detroit querían vestir los colores de su bandera para festejar los  205 años de la independencia de su país.  Martínez fue multado por las Grandes Ligas por violentar sus reglas de vestimenta.