Disfrutaron del matrimonio por solo algunos ocho años. Y ella fue la viuda de Roberto Clemente por el resto de su vida.

Así se puede enmarcar la vida pública de Doña Vera Zabala, viuda del Astro Boricua, quien falleció el sábado a sus 78 años de edad, tras semanas recluida en el Hospital Auxilio Mutuo. La muerte le llegó un día después del que fue el 55 aniversario de su boda, la que tuvo ocasión el 14 de noviembre del 1964. 

La joven que Clemente conoció al visitar una farmacia en Carolina y que atrapó su corazón al punto que aquel día regresó a su casa a decirle a su madre Doña Luisa que había visto a la muchacha con quien se quería casar, nunca dejó de amar a Roberto, el pelotero que perdió su vida el 31 de diciembre del 1972 cuando abordó un avión que se estrelló al despegar para llevar ayuda humanitaria a Nicaragua, entonces víctima de un terrible terremoto.

Vera dedicó su vida a expandir la labor humanitaria de su esposo, como embajadora de MLB. (Archivo)
Vera dedicó su vida a expandir la labor humanitaria de su esposo, como embajadora de MLB. (Archivo)

“Vera fue una campeona”, recordó a Primera Hora el veterano hombre del béisbol, Luis Rodríguez Mayoral, quien conoció de cerca a los Clemente y  llegó a ser un asistente del boricua durante su época de máxima gloria en la pelota profesional. “Enfrentó el dolor de una muerte tan dura, pero se mantuvo bien firme para echar adelante a sus tres hijos, que solo tenían 6, 5 y dos años cuando Roberto murió”.

“Y lo hizo manteniéndose eternamente enamorada de Roberto. Varias veces que conversamos pasados los años de su muerte, ella me decía que siempre se acostaba pensando que a las 2 o 3 de la mañana él iba a llegar y tocarle la puerta, y le iba a decir: ‘Verín, ya llegué... estoy aquí’. Ella siempre estuvo enamorada de él”.

Ese amor, reflejado en la encomienda que se echó de criar a sus hijos, de desarrollar durante años la hoy casi olvidada Ciudad Deportiva Roberto Clemente y sobre todo el ser embajadora del béisbol de las Grandes Ligas en nombre de su eterno esposo, mantuvo a Zabala en el ojo público por 47 años. Año tras año ella aparecía en la Serie Mundial para entregar junto a alguno de sus hijos y del Comisionado de las Grandes Ligas de turno el premio Roberto Clemente que entrega el béisbol al pelotero que anualmente mejor ejemplifica en la comunidad el espíritu de servicio y entrega que tuvo Clemente, el cual le llevó a la muerte.

Vera Zabala estuvo al lado de Roberto en cada uno de sus grandes hazañas durante su última década como jugador. (Archivo)
Vera Zabala estuvo al lado de Roberto en cada uno de sus grandes hazañas durante su última década como jugador. (Archivo)

Para el boricua Edwin Rodríguez, primer dirigente de Puerto Rico en las Grandes Ligas y piloto del Equipo Nacional en los pasados dos Clásicos Mundiales de Béisbol, Doña Vera fue el vínculo directo a la memoria de su legendario esposo.

“Doña Vera mantuvo la memoria de Roberto latente por muchos años. Ambos cumplieron su misión. Nos toca ahora a cada puertorriqueño mantener ese legado vivo. Gracias doña Vera, gracias Roberto”, expresó Rodríguez.

Major League Baseball igualmente reconoció esa valía.

Como embajadora de MLB y del apellido Clemente, Vera Zabala siempre entregaba el Premio Roberto Clemente. (Archivo)
Como embajadora de MLB y del apellido Clemente, Vera Zabala siempre entregaba el Premio Roberto Clemente. (Archivo)

“Estamos apesadumbrados por la partida de Vera Clemente, la viuda del legendario jugador miembro del Salón de la Fama, Roberto Clemente. Como embajadora de las Grandes Ligas, Vera impactó a innumerables cantidades de niños al extender el legado humanitario de su familia. Con gracia y fortaleza, ella lideró el camino para recibir a jugadores a la fraternidad del Premio Roberto Clemente, el premio más prestigioso que entrega el béisbol por las acciones de nuestros atletas fuera del terreno de juego. La familia del béisbol echará de menos grandemente a Vera. Enviamos nuestras más sinceras condolencias a sus hijos Roberto Jr., Luis, Enrique y al resto de la familia Clemente, a los fanáticos de Pittsburgh y de Puerto Rico, así como a todos los que la admiramos en este deporte”.

La familia Clemente aún no ha hecho públicos los detalles del velatorio de Doña Vera, quien profesó una fe cristiana católica. Una fe que le daba la esperanza de que hoy está disfrutando con su Señor y con Roberto en la eternidad.