KANSAS CITY.  Yadier Molina piensa que podría haberse apresurado para volver al terreno de juego cuando se lesionó el pulgar en mayo, y es por eso que el receptor puertorriqueño de los Cardenales de San Luis cayó de nuevo en la lista de lesionados al inicio del mes pasado.

No pretende cometer el mismo error.

Molina fue activado el martes para el primero de la serie de dos juegos en Kansas City luego de un periodo en las ligas menores para rehabilitación que incluyó un reto desalentador: el nueve veces elegido al Juego de Estrellas fue enviado al plato un par de ocasiones y le dijeron que no hiciera swing, lo que le permitiría recuperar su sincronización mientras protegía su pulgar.

“No importa dónde estás jugando, quieres ayudar al equipo”, dijo Molina, quien se perdió 28 juegos luego de caer en la lista de lesionados el 8 de julio con un tirón en un tendón. “Identificar sólo los lanzamientos es difícil”.

El movimiento fue uno de varios que los Cardenales han realizado desde el juego del domingo en Pittsburgh.

El primero fue el lunes cuando San Luis despidió al coach asistente de batei, Mark Budaska, y promovió a Jobel Jimpenez, el coach de bateo de la filial en Memphis de Triple-A.

Más movimientos llegaron el martes, comenzando con el regreso de Molina. A él se unió el cotizado prospecto cubano Randy Arozarena para hacer el viaje desde Memphis, mientras el jardinero venezolano José Martínez fue colocado en la lista de lesionados luego de chocar con la barda en Pittsburgh y torcerse la articulación acromioclavicular del hombro derecho.

El manager, Mike Shildt, dijo que no espera que Martínez, quien batea para .266 con 10 jonrones y 40 producidas, se pierda mucho tiempo de juego. Pero su partida abre un lugar para Arozarena, quien no estaba en la alineación titular el martes, pero se espera que ingrese al diamante pronto.

“Queremos ver jugar a Randy. Sabemos que todos quieren ver a Randy jugar”, dijo Shildt. “Lo tendremos ahí tarde o temprano. También quiero ver a Randy jugar”.

Eso es porque Arozarena, de 24 años, bateaba para .349 con 10 cuadrangulares y 42 impulsadas, con 16 bases robadas mientras compartía tiempo de juego con Memphis y Springfield en Doble-A.