Managua. El exbeisbolista nicaragüense Norman Cardoze, sobreviviente de COVID-19, fue removido de su puesto de manager del equipo San Fernando el martes, días después de ofrecer declaraciones sobre su calvario como paciente de coronavirus.

“Seré hasta que me muera (de) San Fernando, pero me acaban de llamar de la directiva diciéndome que estaba separado del equipo”, declaró el piloto citado por la emisora oficialista Nueva Radio Ya, sin revelar los motivos de su retiro.

En declaraciones a The Associated Press, la esposa de Cardoze, Fátima Ruiz, dijo que desconoce el motivo de la separación del cargo, pero reconoció que hay sospechas de que obedece a las declaraciones recientes del exbeisbolista sobre la pandemia. El 5 de junio, el legendario expelotero dio una entrevista a la AP en la que narró aspectos de su hospitalización por coronavirus el mes pasado durante cinco días y junto a su hijo Norman, también beisbolista.

Cardoze, de 48 años, relató que en el hospital vio morir por asfixia a una decena de personas, entre ellas su amigo y coach del San Fernando, Carlos Aranda.

Ruiz dijo que la familia está “abatida” por la noticia.

“Norman está enfermo y esto ahora nos ha sacudido más. El béisbol es su vida”, afirmó.

El manager y su hijo siguen en recuperación en su casa en Masaya, vecina a la capital.

El gobierno del presidente Daniel Ortega ha manejado con sigilo la situación en torno a la crisis del coronavirus y la oposición asegura que “oculta las cifras reales” de la pandemia.

El martes, un nuevo reporte semanal del Ministerio de Salud elevó de 46 a 55 la cifra de muertos y de 1.118 a 1.464 los contagios. Sin embargo, el independiente Observatorio Ciudadano contabilizaba hasta el viernes 1.114 muertes (99 por neumonía y 1.015 sospechosas de COVID-19) y 5.027 contagios.

Hace cinco días, el conocido médico infectólogo Carlos Quant fue destituido de un hospital público después de ofrecer varias entrevistas de prensa sobre la crisis del coronavirus en el país. En su carta de despido se le acusó de “abandono de trabajo”.

También el martes, se conoció el despido de 11 médicos especialistas que laboraban en hospitales públicos, aparentemente por haber firmado una carta en la que reclamaban equipos de protección contra el coronavirus, dijo Róger Pasquier, directivo de la Asociación Médica Nicaragüense.

Los galenos despedidos de sus puestos son tres internistas, dos anestesiólogos, dos oncólogos, una ginecóloga, dos cirujanos y un pediatra.

“Quieren dejar sin médicos los hospitales en plena pandemia”, comentó Pasquier, quien es presidente de la Asociación de Anestesiología y Reanimación (ANARE).

“No hay una causa justa, nunca he tenido siquiera un llamado de atención a mi desempeño profesional”, dijo la anestesióloga Marianela Escoto tras recibir su carta de despido.

Por su parte, el anestesiólogo Fernando Rojas, afirmó que su despido es “injustificado” y que la única razón es “no comulgar con este régimen criminal”.

El Ministerio de Salud no ha comentado la situación de los médicos, mientras la Organización Panamericana de la Salud (OPS) abogó este martes por asegurar la protección de todos los trabajadores del sector.

“Aquellas personas que defienden la salud y la vida de las personas deberían ser protegidas en todos los ámbitos”, comentó Ciro Ugarte, director de Emergencias de la OPS, al ser consultado sobre el despido de los médicos en una conferencia de prensa online.

Ugarte anunció que la OPS enviará a Nicaragua un lote adicional de pruebas de diagnóstico y cerca de un millón de unidades de protección personal —máscaras, guantes y barbijos— y pidió a las autoridades asegurar “que lleguen adonde se necesitan y se usen adecuadamente”.