En el 1995 la permanencia de los Mariners en la ciudad de Seattle estaba en peligro. Hasta ese momento, esa franquicia nunca había avanzado a los playoffs y la idea de lograr el financiamiento público para construir un nuevo estadio carecía de respaldo.

Pero en los últimos meses de esa campaña, la novena se encendió y logró ganar el banderín del Oeste de la Liga Americana al vencer en un juego de desempate a los Angels de California.

En la Serie Divisional, los Mariners se enfrentaron a Nueva York. Cuando la acción se mudó al Kingdome en Seattle, los Yankees tenían la ventaja 2-0, a solo una victoria de avanzar a su primera Serie del Campeonato en 14 años.

Seattle, con el aliento de una fanaticada que se disfrutaba al máximo su primer viaje a unos playoffs, se recuperó llevando la serie a un quinto y decisivo partido.

En la parte baja de la undécima entrada, con el partido 5-4, el cagüeño Joey Cora abrió llegando a base con un magistral toque y llegó a tercera con sencillo de Ken Griffey Jr. Esto preparó la escena para que el doradeño Edgar Martínez fuera al plato con las carreras de la victoria en base.

Martínez, que la noche anterior había remolcado siete carreras con dos jonrones, volvió a crecerse al pegar doble por el bosque izquierdo ante Jack McDowell, para darle el dramático triunfo a los Mariners 6-5, que los llevó a disputar el campeonato de la Liga Americana ante los Indians de Cleveland.

Martínez, quien fue exaltado al Salón de la Fama en Cooperstown en el 2019, bateó en la serie para .571 (21-12) con tres cuadrangulares, dos dobles y 10 carreras empujadas. Además, recibió seis bases por bolas.

Aunque los Mariners fueron eliminados por los Indians, esa mágica temporada que tuvo su momento más memorable con el doble de Edgar, salvó el béisbol en Seattle y los Mariners se quedaron allí jugando en un nuevo estadio inaugurado en el 1999.

Disfrute de ese juego en su totalidad, como parte de la serie de Primera Hora de juegos de Grandes Ligas clásicos con boricuas en rol estelar.