Miami. La segunda semifinal del Clásico Mundial la habrá ganado Japón, pero el verdadero triunfador fue el juego.

La semifinal de este lunes tuvo dos remontadas de Japón. También tuvo a un México que retomó ventaja una vez que Japón le empató tarde en el partido.

Individualmente, las estrellas del partido, Shohei Ohtani y Randy Arozarena, fueron determinantes para sus respectivos equipos.

Y en las gradas estuvieron a la expectativa 35,799 fanáticos que vieron todos esos elementos unirse para finalizar con la victoria de Japón y la derrota de México sobre el terreno.

“Independientemente de quién ganó, la gente lo disfrutó”, dijo el dirigente de Japón, Hideki Kuriyama.

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Similarmente pensó el dirigente de México, Benjamín Gil.

“Perdimos, pero ganamos. El béisbol ganó”, dijo Gil.

El jardinero Randy Arozarena celebra durante el partido en que aportó ofensiva  defensivamente.
El jardinero Randy Arozarena celebra durante el partido en que aportó ofensiva defensivamente. (Carlos Giusti/Staff)

El partido también debe ser beneficios para el Clásico, que ha sido criticado por la carga que les impone a los jugadores de Grandes Ligas que salen del evento para reunirse con sus equipos de Grandes Ligas en la temporada que inicia en días.

Partidos similares como el de Japón y México han ocurrido en la etapa de eliminación, como el encuentro de cuartos de final entre Estados Unidos y Venezuela, además del encuentro de Puerto Rico ante México.

México arrancó ganando 3-0 con cuadrangular de Luis Urías en la cuarta entrada.

Japón empató a 3-3 con dos outs en la séptima vuelta gracias a un cuadrangular de tres carreras de Masataka Yoshida.

México ripostó en la octava con dos carreras iniciadas por un doble de Arozarena, quien también hizo dos jugadas claves en la quinta entrada, incluyendo un robo de jonrón.

Japón descontó en la octava una carrera y completó la remontada en la novena, iniciando con un doble de Ohtani.

“Fue realmente muy emocionante. Ha sido increíble. Ha sido una locura”, describió el jardinero central de Japón, Lars Nootbaar.