Cuando los Senadores de San Juan de la campaña 1994-95 ganaron el campeonato de la pelota invernal puertorriqueña, el jugador de los capitalinos, Rubén Escalera, se vio obligado a dejarle su puesto a nada más y nada menos que al toletero Rubén Sierra, y sabía que no había nada más que hacer.

En aquel momento el universo y una huelga en las Grandes Ligas conspiraron para que en la Serie del Caribe de ese año el equipo de San Juan se transformara en un trabuco histórico encabezado por los miembros del Salón de la Fama Roberto Alomar y Edgar Martínez, además de figuras como Juan ‘Igor’ González, Carlos Baerga, Bernie Williams, Carlos Delgado, Rey Sánchez, Carmelo Martínez y Sierra.

“Yo sabía que no iba a jugar. Eso no era un secreto”, recordó Escalera, convertido ahora en el gerente general de los campeones Cangrejeros de Santurce. “Aquel ‘lineup’ era de estrellas de Grandes Ligas, y para mí, el hecho de haber sido parte del equipo es un cumplido. Mi trabajo fue en las semifinales y finales, y luego le cedí el espacio a mi compadre Rubén (Sierra). Fue de Rubén a Rubén”.

“Yo no estuve activo en la serie, pero fue un orgullo haber practicado con ellos”

-Rubén Escalera

Pero el hecho de no haber podido estar en uno de los equipos más recordados en la historia del béisbol puertorriqueño, al que le dedicarán la Serie del Caribe del San Juan 2020 que se jugará desde este sábado en el Estadio Hiram Bithorn, no es algo que lamente o que vea como una oportunidad que se le fue de las manos.

“Yo no estuve activo en la serie, pero fue un orgullo haber practicado con ellos, algunos de los que eran mis compañeros desde pequeños, que jugamos desde niños. Fue como si estuviésemos en las ligas infantiles otra vez”, dijo.

Y es que el plan del carolinense era más amplio. Luego de jugar 10 temporadas en la liga puertorriqueña y en el béisbol organizado en Estados Unidos en las ligas menores de los Cerveceros de Milwaukee y los Rojos de Cincinnati, además de experimentar en la Liga Mexicana, decidió aceptar un trabajo con la organización de los Atléticos de Oakland, con quienes va para 26 años haciendo de todo: desde escucha para Puerto Rico e Islas Vírgenes hasta coach de bateo y dirigente del equipo de nivel rookie de la organización.

A su 56 años, se define como un obrero del béisbol, tras una carrera en la que ganó campeonatos con los Senadores de San Juan y fue a varias Series del Caribe.

A pesar de su sangre senadora, y de ser sobrino del recordado Nino Escalera, su misión ahora continúa con los Cangrejeros de Santurce, con quien lleva dos campeonatos consecutivos.

“Es un orgullo estar activo todavía y poder ayudar a los que están subiendo. Esa es la meta, y ayudar a Santurce a tener más campeonatos”.