Los púgiles Luis “Popeye” Lebrón y Bryan Chevalier comprenden lo que estará en juego cuando se enfrenten el próximo 17 de agosto durante la cartelera que tendrá como escenario el coliseíto Pedrín Zorrilla en San Juan.

El ganador tendrá el derecho a ocupar la cima de la división pluma (126 libras) a nivel local y, además, colocaría un pie en el escenario para compromisos más significativos.

“Esta pelea definirá mi futuro, aparte de que se sacará al mejor 126 libras de Puerto Rico”, afirmó Lebrón (16-0-1, 9 KO). “Será una gran oportunidad. Me gustan los grandes retos y me he preparado para eso”.

Actualmente, Lebrón es el séptimo clasificado por la Organización Mundial de Boxeo (OMB), espacio que no está dispuesto a cederle a Chevalier.

“Ser el número uno en Puerto Rico me daría mayor exposición, así podría buscar mayores oportunidades afuera donde estarían las peleas grandes. Chevalier es un oponente positivo, sería una victoria buena. Me hará trabajar, adquiriré conocimientos y experiencia obteniendo una victoria sobre Chevalier”, mencionó Lebrón.

Sin embargo, Chevalier (12-1-1, 10 KO) no tiene la intención de servir de escalón para Lebrón.

“Será una gran pelea. Las cosas están divididas 50/50. Los ganadores serán los fanáticos. Soy mejor boxísticamente mejor, tengo las mejores herramientas. Lebrón tiene un solo estilo que es venir hacia adelante, pero trabajé para tener la mejor condición”, sostuvo.

“Ambos sabemos que vamos con rivales fuertes, lo tenemos en la mente y me estoy preparando para eso”, continuó.

Chevalier, asimismo, entiende que Lebrón será la llave que abra las puertas a oportunidades de mayor relevancia.

“Esta pelea la quería porque me va a posicionar. Llevo cinco años como profesional y estoy buscando más allá para seguir escalando. Ahora mismo mucho de habla de que somos los primeros dos en Puerto Rico, estoy seguro que soy el mejor y lo voy a demostrar”, concluyó.