LAS VEGAS. Daniel Jacobs está seguro de algo: No le preocupa especialmente su pelea del sábado frente a Saúl “Canelo” Álvarez.

No después de librar una equilibrada y tremenda batalla ante el temible Gennady Golovkin, ante quien cayó por una decisión apretada. No después de vencer a un cáncer que, según los médicos, iba a poner fin seguro a su carrera y quizás a su vida.

Así, Jacobs considera que el mexicano Álvarez será apenas otro obstáculo que deberá enfrentar en su carrera el sábado, cuando ambos se midan en un combate por la unificación del título de los medianos.

“No es mi primer rodeo, y no espero estar nervioso”, indicó el estadounidense. “Si acaso, estoy emocionado”.

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Muchos fanáticos del boxeo lo están también, por una contienda en la división de las 160 libras que constituye la atracción principal en la Ciudad del Juego el 5 de mayo, la fiesta principal de los mexicanos residentes en Estados Unidos.

Por un lado estará el monarca mexicano de 28 años, considerado uno de los cinco mejores púgiles del mundo, libra por libra. Álvarez no rehúye a rival alguno, y sus dos combates ante Golovkin quedarán para consulta futura de los estudiosos, como un libro de texto sobre los estilos en el boxeo.

En la otra esquina estará Jacobs, un peleador de 32 años que ha sorteado más adversidades de las que de por sí plantea el boxeo.

Alguna vez fue apodado “The Golden Child” (El Niño de Oro), cuando era un rudo prospecto en Brooklyn, con un talento que resultaba inusitado a su edad. Se convirtió en “The Miracle Man” (El Hombre Milagroso), luego de sobreponerse a un tumor canceroso en 2011, que dañó sus nervios y paralizó sus piernas

Así que el pleito sabatino tendrá una narrativa de ésas que sólo el boxeo puede ofrecer. Y Jacobs quiere que todos conozcan su historia

“Nunca me canso de contarla”, indicó. “Sé que habrá alguien en el mundo que no la ha escuchado, así que la comparto siempre que puedo hablar de esto”.

El cáncer era un osteosarcoma, una forma muy agresiva de la enfermedad. El tumor creció, envolviendo su columna vertebral. Los médicos lo extirparon durante una cirugía de seis horas, pero advirtieron antes a Jacobs que probablemente ni siquiera volvería a caminar.

Ahora está en una pelea que le redituará millones de dólares y que podría convertirlo en uno de los boxeadores más populares del momento.

La oportunidad llegó principalmente por la exhibición brindada por Jacobs ante Golovkin en 2017, una pelea que pudo ser para cualquiera. Jacobs ayudó a su causa tras conquistar una parte de la corona de los medianos en su último combate, un triunfo por decisión dividida sobre Sergiy Derevyanchenko.

El “Canelo” ha librado dos combates ante Golovkin, ambos apretadísimos, y buscaba un rival diferente para una acostumbrada cartelera boxística en Las Vegas. Ahora, en vez de difundirse