En el 2008, el exboxeador José ‘Carita’ López hizo una promesa que tardó en cumplir. 

Tan pronto conquistó el cetro Latino de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), versión de súper mosca (115 libras), con una contundente victoria por nocaut técnico de Juan “Panterita” Mercedes, López se comprometió a dedicarse al servicio de la iglesia si cumplía su sueño de ser campeón mundial.

Ese anhelo lo hizo realidad en el 2009 cuando superó a Pramuansak Posuwan por decisión unánime. Sin embargo, López inconscientemente postergó el pacto, algo que le causó angustias.

“El Señor me habló a través de personas y le presenté la petición de que quería ganar un título mundial. Había prometido que le iba a servir, pero una vez me hice campeón fue cuando de verdad estaba vacilando”, relató.

López recordó que se esmeró en disfrutar de las fiestas, algo que socavó la estabilidad de su familia.

“Era un buen proveedor, pero salía de mi casa por la mañana y llegaba de noche. Nunca estaba en mi casa. Tuve una hija fuera del matrimonio. A pesar de esas cosas, el Señor me agarró por el brazo para dejarme saber que la única manera de reconstruir mi casa era con  Jesucristo”, afirmó López.

“Llevo 10 años convertido y perseverando como capellán. Me estoy preparando para  ser pastor, pero estoy comenzando”.