Incluso antes de registrarse en el hotel, cada peleador, entrenador, camarógrafo, periodista y empleado de la UFC que llegue a Jacksonville, Florida, es llevado inmediatamente a un puesto de revisión. Le toman la temperatura y le pinchan el dedo para una prueba de anticuerpos.

Y luego viene la parte en que hasta el más temerario de los gladiadores termina retorciéndose como un niño: un largo hisopo es empujado a lo profundo de sus cavidades nasales.

“Esa cosa de la nariz, es la segunda vez que la hago y no se sintió para nada bien”, dijo Francis Ngannou.

Ngannou peleará por el título de los pesados ante Kair Rozenstruik en el principal pleito de la función UFC 249, el sábado en la noche.

“Es muy extraño. Creo que preferiría recibir un golpe que eso”, añadió Ngannou en otra referencia a la prueba del hisopo para detectar infecciones en las vías respiratorias.

La UFC volverá a la acción después de una involuntaria pausa de ocho semanas. La pandemia de coronavirus terminó doblegando la determinación del presidente de la UFC, Dana White, quien se empecinaba en continuar con los combates a pesar de la crisis.

Para el regreso, la organización promotora de artes marciales mixtas realizará tres espectáculos a lo largo de ocho días en una arena sin aficionados en Florida, estado cuyas autoridades permitieron la función.

Estas condiciones únicas requirieron que la UFC estableciera medidas de seguridad y salud sin precedentes. Las medidas fueron descritas en un documento de 25 páginas, redactado durante las pasadas seis semanas entre ejecutivos de la UFC y médicos.

“Sabemos que tenemos un gran plan en marcha”, sostuvo Lawrence Epstein, jefe de la oficina de operaciones de la UFC. “Estoy seguro de que aprenderemos algo de cómo hacer las cosas de una manera mejor o diferente o más eficiente”.

La UFC recortó el número de personas involucradas en la realización del espectáculo al mínimo -menos de la mitad del personal superior a 300 personas-, de acuerdo con Epstein. El evento también requirió que todos los involucrados se sometan a estrictos estándares de aislamiento y distanciamiento social cuando fuera posible durante la semana, tanto en el hotel como en la Arena VyStar Veterans Memorial.

Todos los que trabajen en el evento, puede ser que incluso los referís, tendrán que portar máscaras y guantes. El octágono inevitablemente quedará salpicado de sudor y sangre, pero será desinfectado constantemente.

Incluso con todas las medidas, la UFC reconoce que está emprendiendo una enorme y difícil labor. Una prueba positiva de coronavirus para un individuo asintomático es posible, dado el número de personas involucradas en este evento, aun cuando ha sido recortado.

“Estamos haciendo lo mejor que podemos”, reconoció Epstein.

Después de estos tres espectáculos, White quiere reanudar las contiendas de la UFC en Las Vegas, Nevada, iniciando el 23 de mayo en el instituto de desempeño de la empresa, que cuenta con un octágono en el que se graban varios espectáculos de televisión.