Hoy se celebra en las Grandes Ligas, el Día de Roberto Clemente en las Grandes Ligas. Pero para el jinete boricua John Velázquez cada día en que compite es un día para honrar al Astro Boricua.

El jinete dijo que cada día de montas, desde que emigró a Estados Unidos en el 1990 hasta el día de hoy, cuando sobrepasa de 33,000 conducciones y $400 millones en premios, siempre ha tenido a Clemente presente a través del número 21 que ha puesto a distintas piezas de su vestimenta de competencia.

“Llevo muchos años en eso”, resumió el jinete que está en su trigésima temporada en los circuitos de Estados Unidos.

Clemente y Velázquez tienen mucho en común; ambos nacieron y se criaron en Carolina. Ambos llegaron a Estados Unidos  por sus habilidades deportivas y se destacaron en sus respectivas carreras al punto de que ambos son miembros del Salón de la Fama de sus disciplinas.

Ambos también han hecho carrera ayudando a los suyos; Clemente con sus aportaciones humanitarias y en pro de los peloteros latinos y Velázquez abogando por el cuido los jinetes accidentados y discapacitados, que son muchos.

Pero las similitudes son solo parte de la razones por las que Velázquez honra a Clemente.

“Somos carolinenses. Eso es un orgullo ser de Carolina y representar a Puerto Rico”, dijo.

La honra va más allá.

Velázquez tenía 13 meses de vida cuando Clemente murió en el trágico accidente aéreo de la nave que lo transportaba a Nicaragua para llevar y velar la ayuda humanitaria a ese país afectado por un terremoto mayor. Naturalmente, no había manera entonces de que Velázquez reconociera la figura de Clemente, quien, de hecho, tuvo en el 1967 un caballo de carrera purasangre que llevaba el nombre de Champion Bate que le fue obsequiado por el entonces dueño de los Piratas, John Galbreath, según ha publicado el historiador Jorge Colón Delgado.

Pero años después, gracias al programa de educación de Carolina, Velázquez sí supo para siempre quién era Clemente.

“Mi fanatismo por Clemente viene desde tercer grado”, apuntó Velázquez.

“Además de que jugaba pelota, la escuela (de Buenaventura, Carolina) me dio un premio por estudiante. Y el premio se llamaba el Roberto Clemente”, continuó el eventual exalumno de la escuela vocación hípica de Canóvanas.

“Hice mi investigación de Clemente, de su vida, y lo he tenido presente desde entonces”, dijo.

Velázquez, quien llegó a Estados Unidos de la mano del legendario Ángel ‘Junior’ Cordero, recuerda que comenzó a honrar a Clemente poniendo el #21 en las botas de jinete. Luego pasó el número al pantalón hasta llevar éste al día de hoy en el casco de montas.