“Fue como Tito contra Hopkins, que a Tito no le salían las manos. A Adriana no le salieron los golpes”, comparó.

Como lo refleja el marcador, el resultado fue un dominio absoluto para la oriental de 28 años sobre la teenager boricua que por primera vez, según su entrenador, se enfrentaba a una primera clasificada mundial del nivel adulto.

“Fue a destrozarnos y, en parte, aunque llegamos a ocho puntos, logró su objetivo”, interpretó el entrenador de Adriana.

El encuentro entre Díaz y Ding fue anunciado por el entrenador como un momento histórico para la boricua, y un partido para que su jugadora descubriera en qué nivel de juego se encuentra en comparación con lo mejor del mundo.

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Tras el partido, Díaz dijo con crudeza que a su hija le falta mucho por ganar en experiencia y roce internacional.

Pero añadió que fue bueno darse cuenta de eso a los 18 años.

“Cogió a Adriana, que viene bien y le dijo ‘por aquí tú no vas a pasar’. Me gustó el que nos cogió en serio, que nos tomó como un rival, porque, si iba a vacilar, era un menosprecio”, agregó.

“Nos da un indicativo a nosotros que tenemos áreas que trabajar. Las tenemos en vídeo y nos tenemos que sentar a desglosar todo eso”.

En el Mundial también vieron acción Brian Afanador, Melanie Díaz y Daniel González. De ese grupo, Afanador fue el único que adelantó a la llave principal de sencillos.

Finalmente, Díaz dijo que se lleva un banco de vídeos de juego del más alto nivel, como el de Ding, para trabajar con éste en los entrenamientos.

El banco, según Díaz, hubiese sido imposible de conseguir si no fuera por el roce de ayer con Ding porque los asiáticos cuidan con mucho celo el revelar su más alto nivel en campamentos de entrenamientos.

“Eso es precisamente nuestra debilidad, que no podemos controlar porque no tenemos acceso a entrenar con ese nivel. China y Japón no te van a exponer a ese nivel en entrenamientos”.