Actualmente, la Ley 130 del 2013 requiere que los propietarios deben inscribir los aparatos motorizados en los Centros de Servicios al Conductor (CESCO) a un costo de $275 anuales. Sin embargo, no están cobijados por la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA) y, además, no pueden transitar en vías públicas.

Víctor Díaz Maldonado, portavoz de la asociación, sostuvo que el grupo apoya cualquier tipo de legislación que vaya dirigida a atender la situación y, a su vez, criticó aquellos individuos que utilizan los vehículos ilegalmente.

“Las máquinas todo terreno fueron utilizadas para disfrutar y no para perder la vida o lastimar. Es de recreación. Pero el gobierno no ha sido proactivo en establecer lugares adecuados, ha puesto mil trabas para que las personas disfruten del deporte”, sostuvo Díaz Maldonado durante una conferencia convocada por la Asociación.

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El grupo entiende que el Proyecto de la Cámara de Representantes 2032 podría aliviar las corridas clandestinas en vías públicas.

“Como está diseñada la ley actualmente, no motiva a que las personas inscriban a los vehículos. Es demasiado oneroso sin los mismos beneficios de seguros en caso de un accidente. Hay unos grupos que utilizan los vehículos de manera irresponsable, pero hay otros que no. Nuestro interés es que se establezcan los mecanismos para obtener un permiso a través de la Policía estatal para poder cruzar de una finca a otra durante la actividad. Queremos un trato justo del gobierno”, dijo Díaz Maldonado, quien estimó que en Puerto Rico hay cerca de 150,000 vehículos todo terreno.

“Hace falta la creación de sitios (fincas) para correr. Esto ayudará para que el problema baje. No se gasta ni un centavo en anuncios para educar sobre el uso adecuado. Estamos dispuesto a trabajar con el gobierno”, agregó.

Por su parte, Yaritza Cruz, aficionada de los todo terrenos, refutó los señalamientos de Pablo Rodríguez, director médico del Centro de Trauma de Puerto Rico, en cuanto a que darle paso del proyecto de ley provocaría un aumento en los accidentes con lesiones y, por ende, los costos en tratamiento que recae en el erario.

“Lo primero que se necesita hacer es saber qué identifica como todo terreno. La mayoría de los accidentes que llegan a Centro Médicos no son de “four tracks”. El ojo público lo que ve es que dicen todo terreno y enseguida piensan en “four track” cuando también hay motoras que son de montes, pero le hacen los aditivos para calle. Son mínimos los accidentes porque tenemos nuestros equipos de seguridad. De que hay accidentes, claro que sí, pero no es tan alarmante como lo hacen ver”, respondió Cruz.