Brasil, la Gran Popeya. Ya lo decía “Guille”, el antiguo personaje de la televisión boricua.

Tiffany Abreu es el nombre de la primera jugadora transexual en participar en la Superliga de Brasil. Lo hace con el equipo de Bauru del cual Venegas es la líbero. 

Abreu debutó en la liga el pasado domingo, cuando hizo 15 puntos en solamente tres sustituciones ante el público de Bauru, una ciudad en el estado de Sau Paulo.

Venegas se vivió el momento sin discrimen.

“Fue una experiencia inolvidable. Estamos todas contentas en el equipo porque Tifanny logró su sueño. Fue algo maravilloso y motivador lo que vivimos, y lo más importante es que ella tiene el apoyo completo de las jugadoras, los técnicos y de la fanaticada de Bauru”, escribió Venegas a Primera Hora vía Twitter.

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Tifanny Abreu nació varón, en Brasil, en el 1984. Su nombre original fue Rodrigo Abreu. Jugó voleibol profesional masculino en su país y Europa, pero nunca se sintió bien hasta que decidió, de adulto, hacer un cambio de sexo a femenino, requisito que le dieron en Holanda para poder jugar en la liga femenina. Después de eso, en Brasil ya la reconocen como mujer en su acta de pasaporte.

Tifanny, sin embargo, no está debutando como profesional pues ya lo hizo el año pasado en la segunda división de Italia, donde fue aceptada para jugar luego de demostrar que es una mujer, según las leyes del estado de Brasil, y luego de una serie de consultas que tuvo que hacer la liga italiana al ente que la rige, la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), y ésta, a su vez, al Comité Olímpico Internacional (COI).

Boricua evaluó el caso

Ese proceso lo conoce bien el puertorriqueño Jaime Lamboy, abogado quien preside la Comisión Legal de la FIVB, la que tuvo que atender el lado jurídico de este controversial, innovador y delicado caso para el voleibol y el deporte en general.

Lamboy reveló a Primera Hora que casos como el de Tifanny han seguido llegando a la FIVB este año. Detalló que en el 2017 atendió tres peticiones, incluyendo la de Tifanny, aparte de unas cuantas consultas más. El año pasado, en comparación, solo vio una.

“Estuvo el caso de Tifanny. Hay otros casos en España y en Italia”, enumeró Lamboy, quien detalló que todas las solicitudes fueron de cambios de sexo de hombre a mujer. “Hubo otros casos informales en Estados Unidos para que se les registre como mujer”.

“Anticipo que este tipo de solicitudes van a ir en ascenso, no dramático, pero los vamos a ver más a menudo”, agregó.

No será de extrañar, por lo tanto, que tarde o temprano llegue a atenderse uno en Puerto Rico, el cual tiene ligas superiores de mujeres y hombres en sus disciplinas de voleibol, baloncesto y hasta béisbol, entre otros deportes. Lamboy no tiene duda de ello, sobre todo porque en Estados Unidos ya se han sometido varias de estas peticiones.

“No estamos listos”

Pese a contar con Lamboy como un recurso especializado en el tema a nivel internacional, el también presidente de la División de Alto Rendimiento del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) cree que el deporte de la Isla no está listo para atender este tipo de casos.

“No tenemos regulaciones ni andamiaje jurídico. Solo tenemos el referente de COI. La pregunta es si aquí un transexual quiere jugar en el Voleibol Superior femenino, ¿tendrá la liga regulaciones para atender ese pedido? La pregunta es si la federación tiene los mecanismos. No conozco ningún país en el mundo que tenga regulaciones para tratar atletas transexuales”, comentó Lamboy.

Además, explicó que solamente el COI tiene regulada la participación de transexuales en deportes femeninos o masculinos. Detalló que la entidad olímpica permite la participación de ellos en el género al que hayan cambiado su sexto siempre y cuando el/la atleta cumpla con los registros de testosterona que requiere su referido sexo al menos por un año entero ante de la competencia. Sin embargo, estas reglas solo aplican para eventos olímpicos.

En fin, Lamboy está seguro que no solo el deporte de Puerto Rico no está listo, sino la mayoría de las federaciones mundiales. Y en ese sentir, afirmó que la Superliga de Brasil no está obligada a seguir los parámetros del COI para permitir la participación de una atleta transexual, lo que podría significar que Tifanny esté jugando con niveles de testosterona similares a los de un hombre.

“Eso no lo sabemos. Y si lo está, el COI no entra en eso porque sus guías son únicamente para Juegos Olímpicos”, dijo Lamboy, quien agregó que la FIVB también saca las manos sobre las decisiones de sus federaciones.

La falta de reglamentación podría también llevar a la controversia sobre cómo velar por no discriminar con un atleta transexual al tiempo en que se vela también por el balance competitivo. 

Tifanny, por ejemplo, puede jugar con las mujeres porque el estado la reconoce como mujer, pero también puede afectar el balance competitivo porque es más fuerte, salta más y es más explosiva que las otras voleibolistas en la cancha.

“Ese es el gran reto. ¿Cómo buscamos ese entremedio? Cómo buscamos la virtud entre dos puntos, como decía Aristóteles. ¿Cómo armonizamos lo jurídico, lo social y lo competitivo? Es un asunto novel. Se están dando casos. Tienes que estar preparado para no asumir posturas discriminatorias, pero al mismo tiempo tienes que defender el balance competitivo y el juego justo. Si lo que no es discriminatorio, trastoca el balance competitivo... si velando el balance, eres discriminatorio”, reflexionó Lamboy.

Venegas prefirió guardar silencio cuando se le consultó que evaluará el nivel de su nueva compañera.