A Carlito no le sorprendió cuando le informaron que WWE no renovaría su contrato en junio pasado.

El puertorriqueño de 46 años aparecía semanalmente en la programación de la empresa de lucha libre más grande del mundo, como uno de los miembros de la facción The Judgment Day.

Sin embargo, Paul Levesque, mejor conocido en este mundo como Triple H y actual jefe del área creativa de WWE, no era fanático de su personaje.

“Yo firmé un contrato de dos años y más o menos esperaba durar eso. No me tomó por sorpresa porque Triple H nunca ha sido fanático mío y, con él corriendo la compañía, sabía cómo iba a terminar esto. Pensé que hice lo suficiente mientras estuve con The Judgment Day, pero no fue así”, expresó Carlito, cuyo nombre de pila es Carlos Colón Coates Jr., en una entrevista telefónica con Primera Hora.

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Carlito, hijo de “El Eterno Acróbata de Puerto Rico” Carlos Colón, debutó el 7 de octubre de 2004 en WWE. Esa misma noche, derrotó al mismísimo John Cena para coronarse campeón de Estados Unidos. Un año después, pasó de Friday Night SmackDown a Monday Night Raw y, al igual que en su estreno, venció a Shelton Benjamin en su primera noche en la marca roja para consagrarse nuevo campeón Intercontinental.

Pero todo eso ocurrió bajo la antigua administración de Vince McMahon, quien renunció a todos sus cargos en la compañía en enero de 2024, luego de que una exempleada presentara una demanda federal en la que lo acusa de conducta sexual inapropiada y tráfico sexual.

Carlito reconoce que ahora WWE opera bajo la visión de Triple H y no tiene problema con eso. Después de todo, entiende este negocio de pies a cabeza porque creció viendo a su padre administrar la Capitol Sports Promotions, llamada ahora World Wrestling Council (WWC), junto al croata Víctor Jovica.

“Yo conozco a Triple H desde que era luchador. A veces las cosas son así. No tengo nada en contra de él porque es ahora el jefe. Si yo estuviese en la posición de él, yo también tendría solamente a los muchachos de los que yo soy fanático. Lamentablemente, él no era fanático mío. No sé por qué y eso está bien. Lo respeto. Es lo que es. Yo entiendo el negocio. Yo me crié en el negocio y, si no me patrocina, ¿qué voy a hacer?”, reflexionó el luchador boricua.

Fuera de Levesque, Carlito contó que a los demás escritores y productores de WWE les encantaba su trabajo. De hecho, confiaban tanto en él que le daban libertad creativa para hacer lo que quisiera en los segmentos que trabajaría junto a The Judgment Day.

“A los escritores les encantaba mi trabajo. En muchos de los segmentos backstage que yo hacía eran ocurrencias mías. Me decían: ‘No tenemos nada aquí, si tú puedes, añade lo tuyo’, y me daban la libertad de hacer lo que yo quisiera. Todas esas estupideces que yo hacía en el fondo eran mis ideas”, relató el veterano luchador.

“Yo veía que no me iban a dar nada, así que traté de hacer lo que más que pude con lo poco que me daban. Creo que lo logré. Dentro del grupito (The Judgment Day) nos hicimos amigos. Todavía hablamos. La pasamos bien. A esos segmentos yo le añadía mucho con lo poco que hacía”, continuó.

“Esta corrida fue la más divertida”

La realidad es que Carlito vio su tiempo limitado en el ring en esta última corrida. El puertorriqueño aparecía solo en segmentos tras bastidores o para acompañar a uno de sus compañeros de The Judgment Day al cuadrilátero, como Dominik Mysterio, Finn Balor o JD McDonagh. Esto no fue de agrado para los fanáticos en la isla que querían ver pelear al suyo. No obstante, Carlito admitió que considera este último capítulo en WWE el más que ha disfrutado en su carrera.

“Esta corrida fue la más divertida y donde más pude usar mi creatividad de todas las que he tenido. Llegué a escuchar eso (descontento de los fanáticos), pero es que a veces la gente no entiende el negocio. Yo sabía cómo me iban a usar. Yo sabía y entendía que iba a ser el coge galleta del grupo. Yo sabía que esto no iba a ser una corrida como la primera y me preparé para eso”, comentó.

Por esa razón, Carlito firmó un contrato de dos años y no uno de cinco, como el que le ofreció WWE cuando inicialmente entablaron conversaciones para un posible regreso. Esos dos años le bastaron para ver cómo la empresa había cambiado en comparación a cuando debutó en 2004.

“Es otra compañía. Te tratan 10,000 veces mejor que en los tiempos míos”, confesó.

“El bullying y todo eso ya no existe. Ahora cuidan de nosotros. Ahora tienen médicos que te dicen si puedes trabajar o no. Puedes pedir tiempo libre, yo ni sabía eso, y el calendario es mucho más fácil”, agregó.

Carlito, por otro lado, compartió que ha recibido ofertas de distintas compañías desde que expiró su contrato con WWE, pero ha tomado este tiempo para descansar. Solo ha luchado en dos o tres carteleras para mantenerse activo, de cara a Aniversario 52 este 30 de agosto en el Coliseo Rubén Rodríguez, de Bayamón, donde buscará convertirse en un 18 veces campeón Universal de WWC ante Chicano, Matt Hardy y Xavant.

“Estoy gozando de mi libertad y de que puedo trabajar cuando quiera. Estoy aprovechando eso. Vamos a ver qué pasa después. Voy a darle tiempo al tiempo. No tengo prisa para hacer nada ahora mismo. He recibido ofertas, pero uno tiene que pensar las cosas bien”, sostuvo.

“Mi meta es coronarme campeón Universal. Pensé que iba a ser contra uno, pero ahora es contra Chicano, Xavant y la leyenda Matt Hardy. El plan no cambia. Quiero ser de nuevo campeón Universal. No sé cuál es el récord, pero mi meta es pasarle a Ray González (24)”, añadió sobre su lucha en Aniversario 52.