María no se ha ido.

David Alemán, el veterano hombre de voleibol, es una de esas personas. También lo son cada uno de los miembros de su núcleo familiar.

“María todavía nos afecta mental y emocionalmente. Hablar de María y ver ahora lo que pasó en Bahamas nos trae muchos recuerdos”, dijo Alemán.

Alemán, su esposa Sonia López, su hija Shellymar y sus mascotas pasaron el huracán María en el techo de su  casa en Dorado, cogiendo los fuertes vientos y incesante lluvia en la intemperie para evitar morir ahogados.

Hasta allá arriba tuvieron que llegar porque  el interior de su casa se llenó de agua ‘hasta el cuello’ y porque no había para dónde correr a su alrededor, en donde hasta los cocos de las palmas estaban bajo agua.

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Lo único que les quedó fue lo más preciado: la vida.

“Salimos sin nada; lo perdimos todo. Pero estamos felices porque estamos vivos”, dijo Alemán.

Tuvieron la ayuda de vecinos, del municipio de Bayamón, que lo relocalizó bajo un techo por un tiempo, y de amigos que le han conseguido trabajo al retirado director atlético de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

Pero no han podido regresar a su casa en Dorado porque los recuerdos le traumatizan y porque el seguro hipotecario no dio para hacer los arreglos necesarios.

Más aún libran una lucha bancaria por la hipoteca (debe sobre $200,000) mientras su suegra, Cecilia Báez, le da techo provisional en Levittown.

David Alemán muestra en esta foto la inundación que por poco le costó la vida. (juan.martinez@gfrmedia.com
David Alemán muestra en esta foto la inundación que por poco le costó la vida. (juan.martinez@gfrmedia.com

En medio de todas las situaciones, la madre de Alemán pasó por un cáncer y falleció hace un año. Le queda su padre, que necesita de la mano de sus hijos.

“Ha sido un golpe tras otro”, dijo Alemán. “Pero estamos con vida, como digo”, repitió.

Alemán, quien es veterano del Army, dijo que está recibiendo ayuda profesional y que toma medicamentos para reconciliar el sueño.

A su suegra, inclusive, no le gusta que el toquen el tema de María porque le recuerda lo indefensa que estuvo cuando su hija, nieta y yerno estuvieron corriendo peligro.

El techo que les ha provisto la suegra vino con un precio: el espacio estaba rentado y tuvo que terminar el acuerdo para hacer espacio a Alemán y su familia.

En fin, María aún afecta la vida cotidiana de Alemán, como debe ocurrir con muchos otros boricuas.

“Todavía vemos imágenes y lloramos. El que ha pasado una experiencia que le ha puesto al borde la muerte sabe que es difícil de recuperar. Revivir eso a cada rato es difícil”, afirmó.