Unos cuantos ajustes económicos para que no se corten ni se le cobren los servicios a la ciudadanía es lo que ha estado realizando la reciente administración Municipal de alcalde de Manatí, José Sánchez, desde que asumió dicha poltrona.

Al igual que el resto de las municipalidades del País, Manatí ha sentido las tijeras, ya que además de casi $6 millones menos en el nuevo presupuesto luego del 1 de julio 2017, vieron restado la aportación estatal al bono de Navidad de los empleados municipales que lo redujo a $600 dólares.

Cuando Sánchez entró a la alcaldía se topó con un déficit de más de $10 millones, una deuda pública por encima de lo $40 millones, una nómina ascendente a $18 millones y deudas recurrentes, entre pagos de seguro social y otros, en los que sumaba casi $10 millones más.

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“No había manera de que el Municipio pudiese funcionar dentro de esas circunstancias así que hicimos los ajustes necesarios. Recortamos todos los salarios empezando por el alcalde”, admitió quien se bajó el sueldo a $5,700 mensual, unos $300 mensuales debajo de lo establecido en la nueva escala salarial adaptada a la población (43 mil personas) de su municipio.

“Porque si todo el mundo hace el sacrificio yo también. Del alcalde pa’ bajo tenía que empezar el sacrificio”, destacó quien descartó el tener chofer, usa su celular personal y eliminó la tarjera con un crédito de casi $30 mil, así que cuando invita a comer a un inversionista, “pago con mis chavos”.

Una vez puesto su sueldo acorde a la realidad del municipio, también tocó el sueldo al 80% de sus jefes de gabinete, de un presupuesto al otro, se les bajó el salario.

Por dar un ejemplo, el sueldo actual del vicealcalde, quien ganaba $4,200, es de $3,400. Los ayudantes que ganaban $3,800 y $3,900 ahora están en $2,500 mensuales. Luego, se le aplicó la medicina amarga al resto de los empleados del municipio con una reducción en jornada laboral a seis horas diarias.

“Hemos sido responsables en tomar medidas, claro difíciles y que han afectado el bolsillo. Ningún alcalde puede decir que está contento con estas difíciles decisiones, antipáticas y que políticamente cuestan, pero no hubo alternativas. Había que tomarlas para que el gobierno municipal siguiese funcionando y el pueblo pudiese recibir los servicios esenciales para los que pagan contribuciones (impuestos municipales (CRIM), patentes e impuestos sobre ventas y uso (IVU)”, dijo Sánchez, quien advirtió que en su nuevo presupuesto incluyó $2 millones por concepto de recogido de basura y escombros, por lo que “no estoy cobrando por la basura, porque no vamos a seguir cargando al pueblo con más impuestos”.

Municipio grande, nómina grande

Otros de los ajustes que Sánchez tuvo que hacer a su llegada fue reducir la nómina de $18 millones y casi 1,200 empleados, alta en comparación con otros Municipios como Ponce (700 empleados), Aguadilla (600 empleados) y Arecibo (600 empleados), según explicó el mandatario.

Actualmente la plantilla, después de medidas de austeridad como recortes de contratos, congelación de plazas y reducción de horarios, se mantiene por sobre 800 empleados, lo que descarta despidos momentáneamente.

“En este presupuesto tomamos todas las medidas pertinentes de ajuste para no tener que reducir plazas de empleados. Mas hay aspectos que cambian día a día... Pero en este momento no contemplamos despidos masivos”, advirtió quien está pendiente a lo que acontece con el posible pago (CELI) que tendrían que hacer los Municipios a la Autoridad de Energía Eléctrica por dicho consumo.

“Obviamente, lo tenemos que presupuestar y conlleva un costo y en el caso de Manatí significa un millón 500 mil anual. De otro lado, ahora con la nueva ley, estamos pagando los retiros de los empleados municipales y eso tiene un impacto”, concluyó el alcalde.