La industria de Hollywood siempre apuesta a las biografías acerca de cantantes. “Bohemian Rhapsody” le otorgó un Oscar como mejor actor a Rami Malek por interpretar a Freddie Mercury, el vocalista principal de la banda Queen. También tuvimos “Rocketman”, una biografía sobre Elton John, interpretado por Taron Egerton. No olvidemos la película “Selena” en la que Jennifer López dio vida a Selena Quintanilla. Los filmes biográficos siempre han estado como alternativa para el entretenimiento y, en su mayoría, se toman la libertad de contar toda la vida del artista o simplemente mostrar una parte de su trayectoria. Sin embargo, tienden a tener una estructura similar. ¿Cómo hacer este género cinematográfico diferente?

El director Baz Luhrmann (”Moulin Rouge!”, “The Great Gatsby”) en “Elvis trae” a la mesa una propuesta que evoca la exploración de uno de los artistas más memorables en los Estados Unidos: Elvis Presley (Austin Butler). La película presenta el “show business” de Presley desde la perspectiva de su manejador: el coronel Tom Parker (Tom Hanks) abarcando 20 años que nos sumergen en la difícil relación de trabajo que llevaron.

La propuesta de Luhrmann es extensa, con una duración de dos horas y cuarenta minutos, que muestra el negocio de entretenimiento, la pasión de un cantante por sus fans y cómo estos se desviven por su ídolo. Sin embargo, Luhrmann lo narra a través de la voz del coronel Parker, el personaje antagónico y manipulador quien al final usted juzgará si merece ser el narrador. Y quizás esta dirección es lo que distingue el filme de otras películas biográficas que suelen narrar desde los pies del artista y no de quien maneja su negocio.

No obstante, esta perspectiva no le quita protagonismo a la persona que carga sobre su espalda la extravagante producción: Austin Butler como Elvis Presley. Su actuación es lo más positivo de la cinta para la poca trayectoria que tiene el actor en el mundo del cine, a quien apenas recuerdo por su participación en “Once Upon in Time… In Hollywood”. Antes de ver la película te preguntarás ¿quién es Austin Butler? Luego de salir de la sala vas a decir: ¡Conozco a Austin Butler! El actor demuestra que estudió a Elvis Presley sin tener la necesidad de poseer el físico “adecuado”, efectos especiales o un maquillaje que lo transforme por completo. Butler lo refleja a través de su voz y los diferentes matices que distinguen al cantante. No dejó caer su interpretación en ninguna de las escenas e, incluso, opaca a su compañero de reparto, el distinguido Tom Hanks.

Continuando la línea de Tom Hanks, su actuación secundaria está “ok”, ya que está claro que ejecutó la visión del director de mostrar un manejador manipulador y egoísta. No obstante, su interpretación puede llegar a ser insoportable y se vuelve una caricatura que no se toma con seriedad. Vas a sentir un respiro cuando ya no se encuentre en escena. Aunque, como mencioné, la trama se mueve a través de su voz y su presencia es inevitable en la película.

Claramente, la marca del director se encuentra en estas actuaciones, que nuevamente muestra su sello al realizar un filme frenético y espléndido. La primera hora de “Elvis” es una montaña rusa que resume los inicios de Presley. Y aunque el ritmo sirve como metáfora para el estilo musical del Rey del Rock and Roll, el tono te puede dejar sin espacio para reflexionar o, incluso, poder respirar unos segundos. El tono en varios momentos afecta escenas que pudieron ser emotivas y memorables, pero son disminuidas por algún aspecto o el estilo exagerado de Luhrmann.

Si eres fan de Elvis, la cinta te va a ofrecer una interpretación digna del cantante, música de su trayectoria y un exótico montaje de edición con una memorable exposición de vestuarios y colores que solo una producción de Luhrmann puede ejecutar. Si de algo estoy seguro con Elvis es que es la carta de presentación de Austin Butler para futuros roles en Hollywood.

“Elvis” está disponible en cines.