Durante los pasados 25 años su nombre ha sido sinónimo de “desastres cinematográficos”, viéndose forzado a servir de escenario a catástrofes de la talla de Red Planet, Mission to Mars y Mars Needs Moms, entre otras (John Carter fue un monumental fracaso taquillero, aunque no es tan mala como la pintan), pero hoy Marte se reivindica ante los ojos de los aficionados del séptimo arte con la mejor historia que se ha desarrollado sobre su rojizo terreno desde que un amnésico Arnold Schwarzenegger lo piso en Total Recall.

Mitad Cast Away, mitad Apollo 13,  The Martian es una asombrosa aventura de supervivencia que celebra la fortaleza del espíritu humano ante las mayores adversidades, ese momento cuando las personas ponen a un lado sus diferencias y se enfocan en un mismo objetivo, que en este caso lo es el rescate de un astronauta que fue accidentalmente abandonado en el planeta rojo luego de que la tripulación que lo acompañaba lo diera por muerto. El director Ridley Scott retorna al espacio por tercera ocasión en su carrera para transportarnos a Marte como nunca antes se ha visto en la pantalla grande, a la vez que rinde tributo a la NASA, las matemáticas y la ciencia con la misma vehemencia que lo hizo el autor Andy Weir en su homónima novela.

Matt Damon interpreta al astronauta botánico “Mark Watney”, a quién conocemos en lo que parecería ser el peor día de su vida de no ser porque su problemas apenas comienzan. Tras una poderosa tormenta que obliga a sus compañeros a abortar su misión, “Watney” recobra el conocimiento y se percata de que no solo ha sido dejado atrás, sino que no tiene manera de comunicarse con la Tierra y sus abastos de comida, agua y oxígeno no le rendirán hasta la próxima misión a Marte dentro de cuatro años. Pero a mal tiempo –incluso el PEOR de los tiempos-, buena cara. El astuto y tenaz astronauta no se rinde fácilmente, por lo que se arma de todo su conocimiento para sobrevivir en las condiciones más inhóspitas en las que un ser humano jamás se haya visto. 

El libreto de Drew Goddard captura perfectamente el tono del libro, particularmente el sentido del humor de “Watney”, una de sus armas más esenciales en su nueva y cruda realidad que involucra desde reprogramación de computadoras y trabajos de ingeniería, hasta utilizar su propio excremento como abono. Marte constantemente le plantea nuevos obstáculos y el mayor atractivo del filme es observar cómo se las ingenia para seguir con vida mientras la NASA prepara una misión de rescate. El casting de Damon en el papel protagónico no podría ser mejor, aprovechando esa cualidad de “boyscout” que le viene tan natural al tiempo que también le permite desplegar el rol de payaso que nunca ha estado ajeno a interpretar.

Mientras el rostro de Damon es el que más tiempo vemos en pantalla, el resto del elenco está a la misma altura, particularmente aquellos actores que encarnan a los científicos que trabajan en la Tierra para traer de vuelta al astronauta. Jeff Daniel y Chiwetel Ejiofor sobresalen respectivamente como el director de la NASA y el cabecilla de la misión a Marte, mientras que Kristen Wiig, como la directora de comunicaciones de la agencia espacial, y Donald Glover, como un astrofísico, orbitan a su alrededor en pequeños pero memorables papeles. Todos, al igual que Damon, imparten su toque de comedia a la producción. Los únicos quedan al margen son los miembros de la tripulación, liderada por Jessica Chastain y Michael Peña, quienes no cuentan con mucho que hacer.

El final de The Martian comparte las mismas faltas del texto original, desinflándose lentamente a medida que se acerca a un desenlace que no posee la emoción y suspenso que debería transmitir en su punto culminante. La genérica banda sonora a cargo de Henry Gregson-Williams no ayuda mucho en este aspecto, pero no hay por qué tachar una producción tan entretenida por pequeñeces. Los padres y madres harán bien en ignorar la clasificación PG-13 y llevar a sus niños a disfrutar de esta experiencia en la que los héroes son de carne y hueso y los súper poderes no provienen de la fantasía sino de los estudios.