Cuando hablamos de Steven Soderbergh, los primeros títulos que vienen a la mente suelen ser Traffic, Out of Sight u Ocean’s Eleven. King of the Hill es uno que casi nadie menciona, incluyendo al propio Soderbergh, quien no guarda su tercer largometraje de 1993 en muy alta estima. Tras verlo por primera en esta nueva edición de The Criterion Collection, entiendo en parte por qué. Es una película de estudio, formal y bastante convencional, algo totalmente opuesto a su ópera prima, Sex, Lies and Videotape, y su segundo trabajo, Kafka.

Sin embargo, King of the Hill no deja de ser una cinta impecablemente realizada en la que se puede divisar el origen de lo que se convertiría en el estilo de Soderbergh en una escena que inmediatamente sobresale del resto de la producción por su astucia visual y narrativa. El director de The Limey –en uno de sus pocos créditos como guionista- adapta las memorias del autor estadounidense A.E. Hotchner acerca de su infancia durante la Gran Depresión. Es una historia del tipo “coming-of-age”, pero una muy bien hecha.

El don de Soderbergh para obtener lo mejor de sus actores es evidente desde los inicios de su prolífera carrera, incluso con un niño, quienes suelen ser evitados por algunos directores. Desde King of the Hill, el cineasta no ha vuelto a tener a un menor de edad como protagonista, algo que debería considerar para un próximo proyecto ya que lo que consigue del talentoso Jesse Bradford es bastante impresionante.

Bradford interpreta a “Aaron”, un jovencito dotado de una gran imaginación que vive en San Louis, en 1933, con un padre ausente y una madre tuberculosa. Sus días consisten en asistir a la escuela y compartir con los otros inquilinos del hotel en el que su familia se hospeda tras perder su casa, por lo que aprende a valerse de sí mismo desde pequeño. “Aaron” se ve en aprietos cuando su padre se marcha a otro estado para encontrar trabajo, su madre ingresa en un sanatorio y el gerente del hotel amenaza con echarlo a la calle, obligándolo a ingeniárselas para mantener un techo sobre su cabeza mientras enfrenta la precoz llegada de la madurez.

Ese conflicto interno de “Aaron” queda audazmente expuesto en una secuencia onírica en la que Soderbergh juega con la perspectiva y la temporalidad, fragmentando la pesadilla del joven mediante una estupenda edición en la que sus miedos y recuerdos se mezclan entre sí. La escena es analizada a fondo en uno de los mejores suplementos del disco, resaltando el deseo de Soderbergh por romper con los paradigmas de la narrativa, algo que comenzó en King of the Hill y continuó explorando en el resto de su filmografía.

Presentanción audiovisual

King of the Hill llega al Criterion Collection presumiendo una nueva restauración 2K supervisada por el propio Soderbergh que se ve tremenda en alta definición. La copia luce estupenda en resolución 1080p y en su formato original 2.35:1, con una resplandeciente y calurosa paleta de colores ámbar que le añaden al filme un aire antigüedad. La imagen se aprecia muy detallada y sin rastro alguno de deterioro.

La pista en inglés 5.1 DTS-HD Master Audio está igualmente sólida, con el canal central siendo el que más se utiliza y por donde se escuchan claramente los diálogos. La alegre banda sonora de Cliff Martínez –uno de los más fieles colaboradores de Soderbergh- aprovecha los canales surround para darle amplitud al campo auditivo.


Extras

El disco contiene una nueva entrevista con Soderbergh en la que el director habla sin rodeos acerca de su apreciación del filme -uno que respeta pero que desde la distancia no considera como uno de sus mejores esfuerzos-, así como su intención al adaptar el libro de Hotchner y su experiencia al llevar la película a Cannes, donde no tuvo buena acogida. Pocos directores resultan tan interesantes al escucharlos como Soderbergh.

El autor A.E. Hotchner también le concedió una nueva entrevista a Criterion con motivo de este lanzamiento. El escritor de 93 años habla acerca de sus memorias así como de la adaptación de estas.

Against Tyranny es un tremendo ensayo visual realizado por el cineasta kogonada en el que aborda el estilo visual de Soderbergh diseccionando algunas escenas de King of the Hill.

También tenemos siete escenas que Soderbergh decidió editar a última hora y luego se arrepintió de haberlo hecho.

Como si esto fuera poco, el disco contiene el cuarto largometraje de Soderbergh, The Underneath,  acerca de un adicto a los juegos de azar que regresa a su pueblo natal luego de verse forzado a abandonar a su familia por las deudas que ha acumulado durante años a raíz de su vicio.  El cineasta aborda la producción de esta película en otra entrevista de 22 minutos en la que admite que es un tanto somnífera. Soderbergh es sumamente crítico de su trabajo en The Underneath, y recomendaría ver esta entrevista antes de ver el filme.

Por último, tenemos los tráilers de ambas cintas y un hermoso panfleto de 42 páginas que incluye una entrevista a Soderbergh de 1993, un ensayo de King of the Hill escrito por Peter Tonguette y un extracto del libro The Boyhood Memoires of A.E. Hotchner.

*Esta edición de King of the Hill incluye una copia de la película en DVD.





El incidente que propulsa la trágica historia de Tess es tan aleatorio que parece un chiste de mal gusto por parte del destino: mientras camina por un sendero de la campiña inglesa de a finales del siglo 19, un empobrecido borrachón descubre -tras cruzarse con un miembro de la burguesía- que él está relacionado a los d’Urbervilles, una familia aristócrata. Al enterarse de esto, envía a su hija mayor, “Tess” (Nastassja Kinski), a la mansión de los d’Urbervilles para solicitar ayuda económica, ya sea a modo de préstamo o empleándola.

Allí se topa con su supuesto primo, “Alec” (Leigh Lawson), un típico playboy que inmediatamente queda cautivo de la belleza de “Tess” y la pone a trabajar en la granja de la familia mientras la corteja. La joven resiste sus avances, pero al poco tiempo de mudarse a la mansión es violada por “Alec” –quien le confiesa que ellos no son verdaderos d’Urbervilles, solo compraron el nombre-, dejándola embarazada y huyendo de vuelta a su casa como una “mujer dañada”.

Este primer pasaje del extenso filme de Roman Polanski -basado en la novela Tess of the d'Urbervilles, de Thomas Hardi- es tan solo la primera estación del viacrucis que atraviesa “Tess”, víctima de una serie de hombres –incluyendo a su padre- que la usan y maltratan a gusto y gana. La hermosa cinematografía de Geoffrey Unsworth y Ghislain Cloquet -capturada mayormente durante el crepúsculo o en el crudo invierno inglés- contrasta con la fatídica trama desarrollada letárgicamente a lo largo de tres horas.

Es la magnética presencia de Kinski en su debut cinematográfico lo que nos mantiene atentos a la pantalla. La cámara de Polanski está enamorada de su protagonista (se ha rumorado que el director, a los 43 años, tuvo una relación con Kinski, de 15, en 1976) y la joven actúa con convicción, dándole la cara al cruel destino en todo momento y aceptándolo como mártir de la deplorables circunstancias de la época.

Dentro del canon de Polanski, Tess no es uno de los filmes que inmediatamente salta al tope de la lista de sus mayores obras. No es una que revisitaré en un futuro cercano, pero una que no me arrepiento de ver si por más nada que por la maravillosa puesta en escena que el cineasta logra junto al dúo de cinematógrafos y el equipo de vestuarios, ambos galardonados por la Academia en los premios Oscar.

Presentación audiovisual

La reciente restauración en 4K que recibió Tess fue supervisada por Polanski y el resultado es tan impresionante que es capaz de robar el aliento. El filme luce espectacular en resolución 1080p, con un impresionante nivel de detalle, claridad y reproducción de colores que evidencia el formidable trabajo de los cinematógrafos Geoffrey Unsworth y Ghislain Cloquet en todo su esplendor.

El audio se puede apreciar claramente en la pista en inglés 5.1 DTS-HD Master Audio.


Extras

El disco contiene un episodio de 1979 del programa francés Cine regards que muestra material crudo de la filmación de Tess así como entrevistas con Polanksi.

El documental de 2006 titulado Once Upon a Time… Tess, entrevista a varios de los cineastas envueltos en la producción del largometraje, entre ellos Polanski y Kinski. Su duración es de 53 minutos.

On the Making of Tess se compone de un trío de documentales cortos que abordan al filme durante distintas etapas de su producción: From Novel to Screen se encarga de analizar el proceso de adaptación que realizó Polanski al transferir la novela de Thomas Hardy a la pantalla grande; Filming Tess se concentra en la filmación de Tess; y Tess: The Experience presenta a Polanski remembrando acerca de su experiencia con el filme así como entrevistas a otros cineastas que trabajaron en él. El material se torna un tanto redundante pero no deja de ser interesante.

También tenemos un episodio de 1979 del programa inglés The South Bank Show en el que entrevistan a Polanski.

Por último, se incluye el tráiler del largometraje y un panfleto ilustrado que contiene un ensayo del crítico Colin MacCabe.

*Esta edición de Tess también incluye una copia de la película en DVD.


Nota final

Los admiradores de Soderbergh querrán añadir King of the Hill inmediatamente a sus colecciones, incluso si no la han visto antes. Es una muy buena película que se ve fenomenal en alta definición y acompañada por una sólida selección de material suplementario. En cuanto a Tess, diría que es mejor que la vean primero. No es el tipo de filme que se compra a ciegas, pero la calidad de su edición es incuestionable.