BISBEE, Arizona. — El capítulo más oscuro y violento en la historia de Bisbee fue un secreto a voces durante décadas en el viejo y vibrante pueblo minero de Arizona a 11 kilómetros (7 millas) al norte de la frontera entre México y Estados Unidos.

Sin embargo, pocos residentes conocen los detalles de cómo unos 1,200 mineros, la mayoría de ellos inmigrantes, fueron sacados violentamente de sus casas hace un siglo por agentes de la seguridad privada y colocados en vagones para ganado para ser deportados a un área aislada en Nuevo México.

La filmación de “Bisbee ‘17”, un documental sobre lo sucedido el 12 de julio de 1917, fue una lección de historia para los residentes reclutados para tener un papel protagónico en la producción filmada exactamente 100 años después, que une al documental con la actuación colectiva. Según el momento parece un western, un musical o una historia de fantasmas.

El filme mezcla el pasado y presente del pueblo, con los residentes vestidos en ropa de época, pero circulando en el Bisbee actual. Los recién designados rompehuelgas con antiguos revólveres se paran en un salón de clases con un retroproyector y lámparas modernas. “¡Disfruta el aire acondicionado mientras lo tengas!”, dice un hombre parado frente a un autobús moderno a los residentes vestidos de mineros mientras se dirigen a los vagones de tren para ser deportados.

Después de estrenarse el año pasado en el Festival de Cine Sundance, “Bisbee ‘17” se transmitirá el lunes en todo Estados Unidos por primera vez en la serie documental POV del canal PBS.

Es la sexta película del director Robert Greene, cineasta a cargo del Centro Murray para el Periodismo Documental de la Universidad de Missouri. Una película previa, “Kate Plays Christine”, ganó el premio al mejor guion en Sundance 2016. “Owning The Weather”, su primer documental, fue proyectado en la Conferencia de Cambio Climático COP15 en Copenhague.

Greene dijo que se enteró del pueblo de Bisbee hace como 15 años durante su primera visita al sureste de Arizona para ayudar a su entonces futura suegra a arreglar una vieja cabaña.

“Me enamoré por completo del pueblo”, dijo Greene acerca de la población extravagante de viejos hippies, inmigrantes, mecánicos de motos y descendientes de mineros y ejecutivos de compañía. El pueblo hoy tiende a la izquierda política y tiene uno de los escenarios culturales más activos que incluye un teatro. Tiene casas victorianas construidas en terrenos montañosos, además de otras joyas arquitectónicas. La profunda zanja que quedó al límite de Bisbee en lo que alguna vez fue la mina de cobre Lavender Pit es un recordatorio constante de la historia minera de la región.

Greene dijo que comenzó a pensar en formas de hacer una película sobre la deportación de Bisbee poco tiempo después de enterarse del hecho. Al acercarse su centenario hace dos años, dijo, “sabíamos que era el momento”.

El documental cuenta cómo los jefes de la operación de la mina de cobre Phelps Dodge temían una huelga de los mineros simpatizantes de los “Wobblies”, miembros del grupo Trabajadores Industriales del Mundo.

Estados Unidos acababa de entrar a la Primera Guerra Mundial y los ejecutivos de la empresa temían que los mineros extranjeros intentaran obstaculizar las obras para la guerra.

En coordinación con los jefes mineros, la policía local nombró rápidamente a unos 2.000 esquiroles para reunir a unos 1.200 mineros, la mayoría inmigrantes de México y Europa oriental, que fueron llevados a punta de pistola a un campo de béisbol en la comunidad cercana de Warren, encerrados en vagones de tren y enviados a Hermanas, Nuevo México.

La narrativa surge de las historias personales de los residentes: una mujer cuyo abuelo deportó a su hermano; un exjefe de la compañía minera que sigue convencido de que la deportación fue justificada; y Fernando Serrano, de 23 años, cuya madre fue deportada a su México natal y encarcelada bajo cargos de drogas.

Los espectadores vieron a Serrano pasar por un despertar político mientras representa el papel de un minero mexicano, cantando la versión en español del himno “Solidaridad para siempre” al son del Battle Hymn of the Republic.

Mientras exorciza los demonios del pasado de Bisbee, los residentes expresan el trato que hoy en día recibe la gente marginalizada, dice el director.

“No puedes mantenerte lejos de lo que sucede en la frontera cuando ves la película”, dice Greene en referencia al caos que ha surgido a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos cuando el gobierno del presidente Donald Trump busca evitar una oleada de personas en busca de asilo, en su mayoría centroamericanos.

“Repite otros momentos de la historia de nuestra nación, cuando el temor se usaba para motivar a la oposición”, agregó.