Existe una audiencia para producciones como Los Domirriqueños 2. Su director, Eduardo “Transfor” Ortiz (el más exitoso director puertorriqueño en la taquilla) es consciente de ello, y sabe cómo complacerla. En otras palabras, Los domirriqueños es el tipo de película predeterminada a ser un palo taquillero, con o sin la ayuda de los críticos de cine. Partiendo de aquí, el ejercicio de la reseña se convierte en uno de análisis sobre cuáles  son esos componentes que impulsarán esta secuela -que no está exenta de tropiezos- a un éxito en la taquilla puertorriqueña, dominicana y, con la adición de los Pichy Boys y con optimismo, también la cubana.

Relacionadas

La secuela reúne al grupo de amigos de la primera película -notablemente ausente Tony Sánchez “El Gángster”- para un nuevo conflicto en el que deben ingeniárselas para salir por la puerta ancha. Justo después de haber prevenido la demolición de una cancha de baloncesto con mucho valor sentimental en la exitosa primera parte, “Paco” (Molusco), “Samuel” (Fausto Mata), “Paputi” (Aquiles Correa), “Nicko” (Tony Pascual), “Chucho” (Alejandro Gil) y “Pito” (Carlos Vega) se desempeñan como “handy men” de su propia compañía, llamada, por supuesto, Los Domirriqueños. 

Tras un percance que resulta en la casi completa destrucción del hogar de una clienta, la pandilla debe concebir un plan para pagar casi medio millón de dólares adeudados a la ex-senadora y villana principal de la película (Alba Nydia Díaz). Luego de un “brainstorming” de ideas que toma más tiempo de lo que debió, y con la ayuda del jefe chino de “Nicko”, interpretado por el puertorriqueño Eugenio Monclova, el grupo decide que la manera más fácil de colectar el dinero es montando un circo chino… compuesto de puertorriqueños y dominicanos. Se trata de un plan tan descabellado que solo sería posible bajo las particularidades de la comedia. 

En Los Domirriqueños 2, el circo funciona como canvas para que el elenco principal se desenvuelva en la comedia. Después de todo, la comedia es, indudablemente, el mayor atractivo de la película para la audiencia general. El gran cariño que Puerto Rico le tiene al grupo de comediantes dominicanos, también conocido como los Sanky Panky (en referencia a la popular trilogía de películas), es reciprocado con su  dominio de la comedia, que eleva una secuela que deja atrás el concepto de “comedia de enredos” que probó ser un éxito en la primera parte.

El humor que uno espera de  los veteranos Fausto Mata, Aquiles Correa y Pachulí termina complementando el 

esfuerzo de Jorge Pabón “El Molusco” como protagonista nuevamente. Su incursión en el cine, frente y detrás de las cámaras, continúa tomando forma con esta secuela, cuyo guión lo reta a  explorar madurez en un personaje que está listo para formar una familia. Mantener a Molusco en el centro de la historia probará ser un gran acierto para la taquilla y continuará reafirmando a Pabón como el único “influencer” de Puerto Rico, convirtiendo en oro todo lo que toca. 

Casi cuatro años después de la primera parte, resta por ver si los elemento acertados de esta secuela son suficientes para repetir el éxito. Una sólida línea de éxitos taquilleros a manos de Ortiz dice que así será.

¡Molusco al desnudo!

No se quitó la ropa. Lo que pasó fue que Jorge Pabón, “el Molusco”, se sometió a las preguntas calientes del “Ping Pong bien PH”. El  animador y comediante nos contó de su niñez, sus inicios en la radio, cómo ha logrado diversificar su carrera y también confesó aspectos íntimos de su vida familiar, su salud y hasta nos habló de política.