El guionista Frankie Bracero confrontó su propia renuencia a levantar una secuela de la comedia Una boda en Castañer, pero el éxito logrado en los cines locales  y en las ciudades de concentración latina en Estados Unidos en el 2015 lo convenció y anticipa que superará la primera.

Entre noviembre y diciembre del año pasado, el elenco original, junto con varios actores y actrices que se integran,  volvió a reunirse para el rodaje de Otra boda en Castañer, una historia que  apuesta nuevamente al folclor boricua para provocar  una serie de enredos que le dan ritmo a la historia.

Superada la boda de los personajes “Mariana” (Jazmín Caratini) y “Ender” (Michael Stuart), ahora “Eduardo Zalduondo” (Braulio Castillo, hijo) recibe la sorpresa de que su hijo homosexual también se quiere casar en Castañer.

“No quería hacer secuelas, son pocas las secuelas que son mejores que las primeras. El Godfather parte II es la única película que todo el mundo dice que la primera le encantó y la segunda le fascinó. No la quería hacer. Ahora, Una boda en Castañer fue tan exitosa, estuvo más de dos meses en cartelera; viajó a Chicago, Orlando, Nueva York, y al día de hoy la gente nos la pide”, dijo Bracero.

El tono pueblerino, con referencias históricas de la Isla, se mantiene en el segundo filme y quizás se acrecienta al situar la acción en dos eventos  que, dentro de la cultura puertorriqueña,  pueden ser tan sagrados como pintorescos: las bodas y los funerales.

“Mis abuelos siempre decían que los mejores momentos en el campo eran las bodas y los funerales, que es donde se reúnen todos, así que les voy a dar dos por uno”.

Los rituales comunes como la repartición de galletas de soda y chocolate caliente durante los velatorios estarán descritos en el largometraje dirigido por Raúl García y logrado con   un presupuesto aproximado en $800.000, más el apoyo de la Ley de Incentivos de Cine. 

La filmación a cargo de Piñolywood Studios se desarrolló  nuevamente en el  barrio Castañer, en Lares; así como  Vega Baja, Dorado y San Lorenzo. A nivel de empleos, generó 90 directos y 100 indirectos.

Bracero es un defensor de la idiosincrasia puertorriqueña, incluyendo la forma de hablar del boricua y eso es lo  traslada a la pantalla con especial cuidado. En él no hay espacio para la falsa idea de que el cine local no gusta.

“Los puertorriqueños van a apoyar a los puertorriqueños. Si la película de aquí es mala, no la apoyes, pero eso de ‘hay que hacerlo’, no. Ahora, cuando las películas son buenas, la gente va a ir”, apuntó quien por 25 años tuvo a cargo el proyecto TeleSagrado de la Universidad del Sagrado Corazón.

Otra boda en Castañer no tiene definida la fecha de estreno. Actualmente se encuentra en proceso de edición, no obstante, se proyecta que llegará a la salas de cine entre mayo y junio de este año.