La historia profesional de la productora Norma Pujals comenzó al azar. En la década del 70, cuando apenas tenía 20 años, empezó a trabajar en la oficina de relaciones públicas del Municipio de San Juan. Ese mismo año le encomendaron la tarea de coordinar las fiestas patronales de la ciudad sin tener una idea clara de cómo hacerlo y sin imaginar que allí descubriría su verdadera pasión: la producción.

Fue entonces que quedó prendada de lo que considera su vocación de vida. “Nací para esto”, asegura sobre la profesión que ha ejercido durante 47 años.

Norma comenzó manejando artistas y luego produjo eventos que la llevaron a importantes escenarios alrededor del mundo, incluyendo el Carnegie Hall de Nueva York. Dice que aprendió su oficio en la calle, observando y aprendiendo de los grandes. Cuando inició en la industria del espectáculo eran pocas las mujeres que producían eventos o manejaban artistas. En ese sentido, ella abrió camino para que otras pudieran hacerlo.

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“Definitivamente era un mundo de hombres y no había casi mujeres, pero qué pasa, que cuando tú tienes visión dentro de ese negocio, todo es posible”, manifiesta.

Afirma que tuvo la suerte de no sufrir discrimen dentro de la industria y que fue “adoptada" por los que considera sus maestros, entre ellos Paquito Cordero y Ralph Mercado.

“Yo era una nena cuando empecé, pero tenía ganas, creatividad y venía con muchos inventos. Además, Dios me dio un oído con el que podía identificar los éxitos y ellos me adoptaron”, relata quien fuera manejadora y produjo eventos para figuras internacionales como Paloma San Basilio, Valeria Lynch, Olga Guillot, Sarita Montiel, José José y Gato Barbieri, entre otros, así como para artistas nacionales como Sophy, Eddie Santiago, Lisa M, Lucecita Benítez y Danny Rivera, entre muchos más.

Norma recuerda que lo difícil de aquellos años era que no había correos electrónicos, computadoras y mucho menos celulares. Era la época de ir con el disco del artista debajo del brazo y tocar puerta por puerta. “A mí me parece que en la vida todo es la actitud que tú tengas. Yo me fui siempre por los más grandes, entraba a las oficinas de William Morris (en Estados Unidos) sin miedo. La seguridad que tengo en mí es lo más grande que he tenido en esta carrera”, confiesa, quien en la década del ochenta llegó a abrir una oficina en Miami, la cual mantuvo por ocho años.

La productora también recuerda la parte no tan agradable de la industria y habla de lo complejo que fue ver a talentos caer por la adicción a las drogas. “Yo viví eso y tuve que callar en algunos momentos y en otros, tuve que intervenir, metiendo a distintos a artistas a clínicas”, confiesa. "Quien de menos te podías imaginar, de repente, era el peor”, agrega. Dice que pudo mantenerse alejada de los vicios por su firmeza, disciplina y por la responsabilidad de estar a cargo de otros.

Norma precisa que vivía montada en un avión y que recorrió Estados Unidos, América, el Caribe, Europa y Japón. Eso tuvo un costo. Se casó tres veces y perdió un bebé cuando tenía ocho meses de embarazo. “Llega un momento que te sientes muy sola, muy alejado de tu familia”, indica. Precisamente, para estar cerca de los suyos y porque vio cambios que no le gustaron en la industria, decidió retirarse hace nueve años.

“Cuando empecé en este negocio lo adoraba, pero me salí porque empecé a ver las tiraeras de los productores unos con otros, robándose las fechas, vendiéndoselas a mil pesos”, afirma. Pero aún así, Norma Pujals tiene esperanza en las nuevas generaciones, sobre todo, en las mujeres productoras, a quienes aconseja a que se preparen, sean éticas y sigan luchando hasta llegar a ser número uno.

También apuesta a la juventud y por eso publicó en el 2008 el libro "El show", sobre la historia del mundo del espectáculo desde los años 70 al 2008.

“La idea es que los más jóvenes conozcan parte de la historia musical del país porque los nenes de ahora no saben quién fue Paquito Cordero o Tommy Muñiz y no hay historia. ¿Para dónde van a ir si no conocen lo que pasó? También es para que los que quieran desarrollarse como productores sepan los retos con lo que se encontrarán en el camino”, manifiesta.

Al preguntarle cuál ha sido la clave del éxito, Norma sonríe y asegura que su seguridad y la pasión que siente por la música. Por ese amor es que no duda en decir que continuará apoyando a los talentos con o sin dinero. “Yo estoy aquí para ayudarlos”, concluye esta mujer que ha escrito detrás del telón parte de la historia del mundo del espectáculo en Puerto Rico.