Haciendo un inventario de recuerdos, veo la imagen de una gran actriz, una talentosa mujer que dio su vida al mundo del arte.  Su nombre: Lucy Boscana.  

Confieso que siempre tuve un cariño especial por ella. Compartíamos nuestra fecha de cumpleaños al igual que Mercedes Sicardo. Por lo tanto, según el horóscopo, libranos de corazón y amantes de las artes. 

Lucy, desde los años cuarenta, ya comenzaba a destacarse en la radio en papeles de dama joven. Luego llegaron las villanas y los personajes que la fueron formando como la maravillosa intérprete que fue hasta el fin de sus días.  

(Archivo)
(Archivo)

Pensaba que por ser este fin de semana de especial significado y en el que honramos a las madres, ¿por qué no a Lucy? No tuvo hijos propios, pero fue la madre por excelencia en la escena nacional, en la televisión y hasta en el cine. Cuando allá para el 1953 interpretó a “Doña Gabriela”  en la obra de René Marqués, La carreta, se consagraría y se haría dueña y señora de ese personaje a tal extremo que algunos le decían: “Lucy Carreta, la que  hace la Boscana”. Hizo cientos de funciones y todas con una excelencia única. Era una artista completa. 

Musicalmente hablando, tocaba piano, violín, guitarra y cantaba muy bien. Su pasión por el teatro puertorriqueño se evidenciaba cada vez que producía o actuaba en una de las piezas de nuestra dramaturgia boricua.  Era disciplinada, dedicada, y cuando ingresó en una universidad de Ohio, lo hizo con miras a perfeccionar diversos idiomas como el francés, el inglés y el italiano.

Por falta de recursos económicos regresó a su patria e ingresó a la Universidad de Puerto Rico. Es allí donde se convierte en discípula de Leopoldo Santiago Lavandero en el recién inaugurado departamento de drama.  Participó con la Compañía de Teatro Universitario donde debutó en las tablas. Luego, formó parte de La Escuela del Aire que dirigía don Emilio S. Belaval. En 1945 ya se convertía en productora junto a Francisco Arriví, Alberto Zayas, José Antonio Ortiz, Iris Martínez y Madeline Willemsen, quien era su prima hermana. En la música fue una de las integrantes del grupo Las Damiselas, que dirigía la compositora Sylvia Rexach.

Lucy junto a la actriz Miriam Colón. (Archivo)
Lucy junto a la actriz Miriam Colón. (Archivo)

Con la llegada de la televisión, esa voz se apoderó de un rostro y figuró en el reparto de la primera novela de televisión realizada en la Isla: Ante la ley.  Lucy fue en la televisión todo tipo de mujer: pobre, rica, buena, mala, ambiciosa, humilde, perversa o abnegada.  

Cuando en 1960 fundó su propia compañía de teatro Tablado Puertorriqueño, junto a su esposo Francisco Cabañas, dieron a nuestros proscenios maravillosas representaciones teatrales y momentos de gloria para actores y dramaturgos. Era incansable, luchadora, solidaria, y vertical. Siempre luchó por oportunidades para la clase artística. Cuando un compañero estaba mal, hacía las gestiones que fueran necesarias para buscarle ayuda. Y cuando de producir se trataba, buscaba la excelencia y la pureza del lenguaje teatral. Así conoció al director Gilberto Valenzuela, quien se convirtió en el hijo que Lucy y Paquito no tuvieron pero la vida les regaló. 

Jamás la vi abatida, cansada o frustrada. Lucy se reinventaba y era querida por todos. Su mayor preocupación siempre fue mantener abiertos los talleres de trabajo. El Programa Dramático de WIPR lleva su nombre en honor a su entrega, compromiso y legado. De igual forma, el teatro Yágüez en su querida “Sultana del Oeste” fue rebautizado con su nombre y allí se honra su recuerdo.

(Archivo)
(Archivo)

Cuando Jorge Inserni llegó a WIPR en el año 1993, lo primero que dijo fue que quería tener a Lucy Boscana en pantalla. En una asamblea del Colegio de Actores se la presenté, y junto a Luis Daniel Rivera, allí mismo comenzó el acuerdo para presentar su trabajo y continuar su obra. Lucy trabajó en muchas de las producciones realizadas en esos años.  

En el cine participó en películas de la División de Educación a la Comunidad y en producciones comerciales como Crowded Paradise, Elodia, La venganza de Correa Coto, La palomilla, La masacre de Ponce, Isabel la Negra, Reflejo de un deseo y un cortometraje sobre La carreta. Con problemas de salud y desde su cama, planificaba las futuras producciones que sabíamos no podría realizar.

Siento una nostalgia inmensa por ya no escucharle, pero tengo la alegría de aplaudirle cada vez que le veo. Querida amiga, gracias por haber “hecho Patria” con tu trabajo y tu vida.