Funcionarios penitenciarios anunciaron el miércoles que Cosby -ahora conocido como el preso número NN7687- cumplirá su sentencia en SCI Phoenix, una nueva prisión estatal a unos 32 kilómetros (20 millas) de la urbanización cercada donde un jurado concluyó que drogó y abusó sexualmente de una mujer en el 2004. La prisión de 400 millones de dólares abrió hace dos meses y puede albergar 3,830 reclusos. 

Cosby se reunirá con médicos, psicólogos y otros mientras el personal evalúa sus necesidades. Bajo las normas de la prisión, el comediante de 81 años podrá hacer llamadas telefónicas y recibir visitas y tendrá la oportunidad de ejercitarse. 

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El objetivo a largo plazo es ubicar a Cosby entre su población general, según los funcionarios. 

"Estamos tomando todas las precauciones necesarias para asegurar la seguridad del señor Cosby y el bienestar general de nuestra institución", dijo el secretario de penitenciarías John Wetzel en un comunicado. 

Mientras Cosby comenzaba a ajustarse a la vida tras las rejas, su familia y publicistas prometieron que apelarán su condena por tres cargos de abuso sexual tras el primer juicio de una celebridad en la era de #MeToo. 

El vocero Andrew Wyatt calificó el martes a Cosby como "uno de los más grandes líderes de los derechos civiles en Estados Unidos los últimos 50 años" y denunció el juicio como el "más sexista y racista" en la historia del país. 

El juez, el fiscal y el jurado lo vieron de otra manera. 

"Nadie está por encima de la ley. Y nadie debe ser tratado desproporcionalmente por ser quien es, dónde vive o incluso su riqueza, fama o filantropía", dijo el juez del condado de Montgomery, Steven O’Neill, al darle a Cosby una sentencia por encima del promedio. 

El equipo defensor de Cosby ya había planteado el asunto racial, en el 2016, antes de desecharlo rápidamente. 

"Procesamos donde la evidencia nos lleva y eso se hizo en este caso", dijo el martes el fiscal Kevin Steele. 

Luego que su primer juicio terminó sin que el jurado alcanzara un veredicto, fue declarado culpable en abril de abusar de la administradora del equipo de baloncesto de la Universidad de Temple Andrea Constand en su mansión a las afueras de Filadelfia en el 2004. Ha enfrentado un torrente de acusaciones similares de más de 60 mujeres las últimas cinco décadas, pero el caso de Constand es el único que fue a juicio. 

En una declaración escrita presentada ante la corte, Constand, de 45 años, dijo que el abuso y los subsiguientes ataques de Cosby a su persona habían aplastado su espíritu, y agregó: "Quizás nunca conozcamos el alcance total de su doble vida como un depredador sexual, pero su reino de terror de décadas como violador en serie ha terminado". 

La fiscal Kristen Feden indicó que Constand le dijo que estaba satisfecha con la sentencia. 

"Siempre busco mi fuerza en las víctimas, y Andrea Constand fue increíble", dijo Feden el miércoles en el programa "Today" de la NBC. "Su valentía y su fuerza me bastaron para decir, 'sigamos adelante'". 

Defensoras de las mujeres calificaron la sentencia de Cosby como un hito para el movimiento #MeToo. 

"Que Bill Cosby vea el interior de una celda de prisión envía un fuerte mensaje de que los perpetradores -sin importar quiénes sean, de Hollywood a Wall Street a la Corte Suprema- no pueden ser protegidos a expensas de las víctimas", dijo Sonia Ossorio, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres de Nueva York (NOW-NY, por sus siglas en inglés). 

Loa abogados de Cosby pidieron libertad vigilada para el comediante mientras apenan su condena, pero el juez ordenó que fuera encerrado de inmediato, argumentando que "muy posiblemente podría ser un peligro para la comunidad". 

Cosby, quien está legalmente ciego y usa bastón, se quitó el reloj, la corbata y la chaqueta y salió en una camisa blanca y tirantes rojos, con las manos esposadas al frente. 

Debe cumplir un mínimo de tres años antes de poder solicitar libertad condicional. 

El castigo de Cosby, que también incluye una multa de 25,000 dólares, se pronunció al final de una audiencia de dos días en la que el juez lo declaró un "depredador sexualmente violento", una designación que lo somete a asesoría mensual por el resto de su vida y a notificar a vecinos y escuelas cercanas sobre su paradero. Una psicóloga del estado declaró que Cosby parece tener un tipo de trastorno mental que le provoca un deseo incontrolable de tener relaciones sexuales con mujeres sin su consentimiento.