Los puertorriqueños tienen un sentido del humor innegable, y muy particular. Tan así que en el año 2016 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyó a la isla entre los países más felices del mundo.

Es tanto lo que le gusta reír a los boricuas que se corrobora con funciones llenas de las obras de teatro o shows de stand up comedy, con altos números de ratings en la televisión y en la radio, y con miles de reproducciones en las plataformas sociales, por lo que es válido preguntar si la comedia que se crea y se representa localmente está en sintonía con la realidad del país, con el gusto de la mayoría de la gente, o si el contenido se quedó atrapado en el tiempo.

Este diario convocó al escritor y actor Carlos Vega, al humorista y escritor Silverio Pérez, a la actriz y productora Suzette Bacó y al productor y manejador de artistas Rafo Muñiz para un análisis sobre las manifestaciones de la comedia actual, cuando fenómenos como Jorge Pabón “El Molusco”, Chente Ydrach y Daniel El Travieso se revelan como los preferidos de un gran número de personas al momento de querer entretenerse. Igualmente, hay quienes todavía buscan un estilo de comedia que haga reír, que permita ese escape momentáneo de la cotidianidad individual, y también que provoque una reflexión, como es la propuesta de Los Rayos Gamma, por ejemplo, o los stand up comedy que presenta la actriz Marian Pabón, apoyada en sus experiencias con la menopausia.

La mayoría coincide en la opinión de que el formato de comedia que se refleja, sobre todo, a través de la pantalla de la televisión, es el mismo que se está viendo por los pasados 20 a 30 años, o quizás hasta por más tiempo, y aún hay un público para eso. Muñiz consideró que espacios de comedia como Men and The City (Telemundo), o los que componen el programa El Remix (Wapa) cumplen -a partir de los recursos disponibles- con la necesidad de contenido entretenido para la gente, y lo hacen desde un lenguaje o discurso sano, menos burdo al que se observa en otros países latinoamericanos.

“Nos hemos mantenido en una comedia sana”, expuso el descendiente de uno de los maestros de la comedia puertorriqueña, Tommy Muñiz (1922-2009). “Creo que Men and The City, dentro del marco de la comedia que puedo ver en Perú, Colombia o Argentina, la nuestra es muy sana y lo único que pretende es hacer reír a la gente y para mí, los que están en el aire lo logran”.

Pérez, destacado por su audaz estilo de sátira política, dijo, que basta “con mirar pasos de comedia que se hacen en los shows diarios, etcétera, te das cuenta de que no hay mucho cambio de los pasos de comedia que se hacía antes”. 

“La comedia siempre va a ser el género que por excelencia prefieran las personas, sobre todo cuando están viviendo en un país en crisis como el nuestro -destacó la actriz, intérprete de la asertiva ‘Doña Soto’- pero ciertamente la comedia en Puerto Rico está estancada. Se ha quedado en la comedia que se hacía hace 20 años y la comedia ha tenido una evolución bien grande en otros países”.

Vega, asimismo, aseveró que “nosotros llevamos 40 años presentando lo mismo. En la televisión no hay nada nuevo, hemos repetido una fórmula que ya está pasé, una fórmula que se ha ido desboronando literalmente en ellos mismos”.

Ese posible estancamiento tiene una raíz a la que todos llegaron, de forma individual: la carencia de escritores o libretistas a cargo de los contenidos, que permita una mayor garantía de calidad y una menor probabilidad de improvisación y liviandad.

“Aquí se ha dependido de la improvisación, del libreto fácil, porque nunca se ha pensado en que el libreto es el origen de todo, y que si pagas un buen libreto tienes un buen producto”, afirmó Pérez. “La gran pregunta es por qué en Puerto Rico no hay comedia de situación, como fueron Los García, y como fue Maripily en una ocasión, ah, porque eso lo tiene que hacer un libretista, eso no se puede pensar así porque sí”.

A la misma interpretación llegaron Muñiz y Vega, para quienes la ausencia de comedias de situación es el resultado de la falta de recursos económicos, o tal vez el poco interés de los productores y ejecutivos de televisión para apostar por ese género que en el pasado generó producciones como La pensión de doña Tere, Mi familia y En casa de Juanma y Wiwi.

“Tina Fey, que es una gran escritora de comedia, siempre ha dicho que los productores de contenido han ido dándole más importancia a los programas de telerrealidad y de participación de masa que a los programas con un libreto pensado y escrito. Nosotros, al ser un mercado tan pequeño y a pesar de estar impactado por décadas de una calidad de que llegaba de Cuba y de Estados Unidos, no hay con qué pagarle a los escritores. Un libreto que puede tomar 12, 16, 20 horas escribes, de 10 o 12 páginas para un sketch de 15 a 18 minutos lo remuneraron a $200 o $250, y además no hay quién los escriba, porque no hay un taller de escritores”, valoró Muñiz, manejador del comediante Miguel Morales, quien es libretista del programa Raymond y sus amigos.

Ante esa realidad el teatro y las nuevas plataformas de comunicación, como son las redes sociales, se están fortaleciendo como los espacios de mayor proyección de comedia, y a la vez en la cuna para nuevas voces, unas forzadas y otras naturales, y nuevas formas de consumir la comedia. “Pienso que Chente es parte de ese movimiento orgánico, La Pauti y Daniel El Travieso son producto de otras plataformas fuera de la televisión”, mencionó Muñiz.

“Los Gamma son un referente, la comedia de situación aquí o en Estados Unidos es un referente, el stand up comedy, del que Luis Raúl para mí fue un maestro, es un referente, y lo que es incuestionable es que el puertorriqueño tiene un sentido del humor brutal y que los memes y las redes sociales han comenzada a sustituir esa ausencia en la televisión”, sostuvo, por su parte, Pérez.

¿El futuro será distinto? A partir de las opiniones vertidas por este grupo de actores, la promesa no es completamente positiva. Muñiz apuesta que el consumo de contenido de entretenimiento va a continuar, como ha pasado con las novelas, lo que se transforma será la forma de llevarlo.

Vega y Bacó entienden que plataformas de streaming como Netflix irán desplazando la televisión, y en cuanto al contenido, la actriz es honesta, no vislumbra una evolución, por ello el teatro es su desahogo.

“Sé que estamos en ese proceso de que las cosas tienen que ponerse bien difíciles para ponerse mejor y creo que ya estamos en lo bien difícil y estamos todos esperanzados en que llegue lo mejor, pero para que llegue hay que hacer y hay que actuar y esa es la parte que no veo mucho movimiento”, puntualizó.