La polémica que ha surgido con relación al posible plagio de la película puertorriqueña “Vasos de papel” podría pasar más allá de la vergüenza pública para convertirse en un proceso legal, si quienes ostentan los derechos de autor del filme original decidieran emprender contra el libretista y director Eduardo “Transfor” Ortiz.

Según el licenciado Frank Aquino, más allá de las alegaciones de personas de la industria de cine local sobre la similitudes de “Vasos de papel” con la película de Hollywood “Secret Admirer” (1985), cuyos derechos posee actualmente Metro Goldwyn Meyer (MGM), hay que analizar ambas y establecer que hubo copia literal de ciertos elementos en el libreto, la música o la fotografía, entre otros aspectos.

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“A quien le corresponde llevar el pleito al tribunal es a las personas que tienen legitimación activa. En el caso de plagio sería el autor original de la obra o quien posee los derechos sobre la obra. Típicamente, en el caso de películas son las casas productoras”, explicó Aquino. 

En caso de que MGM decidiera levantar una reclamación lo haría primeramente hacia La Industria Film, casa productora de la película, y dicha compañía entonces procedería a demandar al guionista, que en este caso sería Ortiz.

De llegar esta controversia hasta el tribunal, una primera medida sería el cese de la proyección de la película en los cines del país. Sin embargo, esto no tendría lugar en esta situación porque el filme ya fue retirado de las salas de cine el pasado viernes, según ha dicho Ortiz a petición suya.

Si en la corte se determinase que hubo plagio, quienes resulten culpables se expondrían a tener que reparar los daños económicos y asumir el costo del pleito, explicó Aquino.

No obstante, una fuente cercana a la producción señaló que el recaudo en los cines fue tan poco que para una compañía multimillonaria, como lo es MGM, la remuneración económica que obtendrían de este pleito sería muy poca como para activar su maquinaria judicial.

Según la página Internet Movie Data Base, la producción tuvo un costo de $350,000, suma que en la industria es considerado de presupuesto bajo (“low Budget”). 

“A nivel de la industria cinematográfica local, sí le hace un daño. Que las personas se estén copiando no es bueno para ninguna industria porque haría que los inversionistas se pongan temerosos y que el Departamento de Desarrollo Económico le ponga más trabas a la hora de ofrecer ayuda a las producciones locales”, afirmó la fuente.