El cantante Víctor Manuelle continúa sorprendiendo al público, en especial a sus coterráneos.

Esta vez en un vuelo de regreso a la isla, el siempre “Sonero de la Juventud” tomó el micrófono y al ritmo de la clave comenzó a cantar.

Lo siguieron, con toda probabilidad, sus propios músicos, pues no faltaron los instrumentos.

“Estamos aterrizando bonito y suave…”, decía el coro que los pasajeros siguieron con la voz y las palmas.

El salsero cerró la fiesta improvisada con un grito de orgullo por Puerto Rico.