Stephanie Del Valle encabezó en la tarde de ayer la caravana de recibimiento organizada en su honor tras convertirse en diciembre en apenas la segunda puertorriqueña en ganar el título de Miss Mundo.

 El recorrido, que inició en el aeropuerto Luis Muñoz Marín, en Carolina, siguió al recibimiento oficial que le dio el gobernador Ricardo Rosselló y una conferencia de prensa en la que la estudiante de comunicaciones y leyes se mostró simpática. En varios momentos, la emoción la embargó hasta casi no poder hablar, pero igualmente aprovechó para compartir su alegría.

“Hoy puedo decir con orgullo, aquí está su reina. Misión cumplida. Aquí está el regalo que les prometí”, dijo al dejar establecido su compromiso de continuar apoyando la inclusión de menores con Síndrome Down, o con otras necesidades especiales, como parte de su nueva labor de promover el lema “Belleza con propósito” que persigue la organización de Miss Mundo. 

Inicialmente, Stephanie abordaría una carroza decorada con helechos que sería arrastrada por una guaguua tipo “pick-up”, según confirmaron los conductores del vehículo. Pero a último momento se decidió que la joven realizara el recorrido a bordo del transporte que llevaría a la prensa. Antes, sin embargo,  la beldad fue agazajada por sus padres, Diana Díaz y el licenciado Jesús del Valle, y por sus abuelos paternos, María del Pilar Padilla y Jesús Manuel del Valle. 

La caravana, que contó con una amplia escolta policiaca, recorrió la Ave. Baldorioty de Castro hasta la  De Diego, en Santurce, donde dobló para dirigirse a la Ave. Ashford, en el Condado, donde más público se vio. 

La comitiva hizo una parada de unos 40 minutos en la escuela Saint John’s, donde  estudió Stephanie.  Allí tuvo un encuentro con maestros y estudiantes.

 De allí, Stephanie siguió hacia el hotel Sheraton de Miramar, a donde llegó cerca de las 6:00 p.m., para una celebración musical.  

Como parte de su visita, la reina de belleza visitará el hospital Auxilio Mutuo en Río Piedras y en la noche tiene una programada una cena en el Antiguo Casino de Puerto Rico, en el Viejo San Juan.