Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como “Chespirito”, fue el creador de numerosos personajes que hicieron famosas muchas frases que todavía se utilizan en momentos oportunos. A continuación, algunas de ellas.

“Chusma, chusma” Esa fue la frase que hizo famoso a “Quico”. El cachetón personaje se la decía a los residentes de la vecindad por orden de su madre, “Doña Florinda”, quien los consideraba  “chusma”.

“¡Tenía que ser el Chavo del 8!” Ese era el reproche de "don Ramón" cada vez que el "Chavo del 8"  lo hacía enojar.


“¿Para qué te digo que no si sí?” Esta era la original afirmación de la “Chimoltrufia”.

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“¿Sabías que la gente sigue diciendo que tú y yo estamos locos?” Eso se preguntaban entre sí los personajes “Lucas Tañeda” y “Chaparrón Bonaparte”.

“Bueno, pero no se enoje” Esa era la forma en la que el “Chavo del 8” calmaba a Don Barriga, Don Ramón o al Profesor Jirafales.


“Es que no me tienen paciencia” Lo decía el “Chavo del 8” cuando lo regañaban.  


“Fue sin querer queriendo” Era la respuesta del “Chavo del 8” ante los regaños o cuando le llamaban la atención.  


“Se me chispoteó” Lo decía el “Chavo del 8” reconociendo que había cometido un error.  


“Más rápido que una tortuga, más fuerte que un ratón, más noble que una lechuga, su escudo es un corazón” Así comenzaba el programa del “Chapulín Colorado”.

“¡Síganme los buenos!” Con esta petición, el “Chapulín Colorado” iniciaba cada nueva aventura.  

“No contaban con mi astucia” Esta era la frase con la que el “Chapulín Colorado” celebraba la victoria ante sus enemigos.


“Que no cunda el pánico” De esta forma, el “Chapulín Colorado” tranquilizaba a sus sus “rescatados”, advirtiéndoles que no tuvieran miedo.

“Silencio: mis antenitas de vinil están detectando la presencia del enemigo” Así, el “Chapulín Colorado” comunicaba a los demás que un enemigo estaba cerca.  

“Lo sospeché desde un principio” Esta frase, la decía el “Chapulín Colorado” justo después de darse cuenta de que había cometido un error de juicio.

“Todos mis movimientos están fríamente calculados” Así decía el “Chapulín Colorado” cuando se acaba de dar un golpe.