Airbnb, el sitio que permite alquilar cuartos de casas, o departamentos, como alternativa a los hoteles, lanzó un concurso para mexicanos que permite al ganador y dos acompañantes pasar una noche en una casa decorada como si fuera el set de grabación del Chavo del 8; el lugar, en el DF, es propiedad de Roberto Gómez Fernández, el hijo del fallecido Chespirito. 

Aunque el patio central está ambientado como en la serie televisiva, las habitaciones tienen un diseño más moderno, y alejado de lo que uno supone los departamentos de la serie, que gracias a su longevidad le generó una fortuna en ganancias a Televisa a lo largo de la dos décadas que estuvo al aire, sumado a las repeticiones que se hicieron luego de su final, en 1992.